La Gala Inocente 2025 celebró su trigésimo aniversario consolidándose como líder indiscutible de la parrilla televisiva del domingo por la noche. El evento benéfico, organizado por la Fundación Atresmedia, recaudó fondos superiores a los dos millones de euros, destinados a proyectos sociales. Entre los famosos seleccionados para ser protagonistas de las tradicionales inocentadas figuraban el futbolista Santi Cazorla, la vocalista Leire Martínez, el presentador Aitor Albizu y las intérpretes Itziar Miranda y Nadia de Santiago. Precisamente esta última vivió la broma más intensa de la velada, ambientada en el parque temático Puy du Fou de Toledo.
La joven actriz, conocida por sus interpretaciones en producciones como Las chicas del cable y Manual para señoritas, recibió una invitación oficial del parque para participar en un acto navideño especial. El motivo del encuentro era presenciar el estreno de un espectáculo inédito denominado "El Tambor de la Libertad". Durante su recorrido por las instalaciones, Nadia disfrutó de varios números navideños y recibió obsequios protocolarios por parte de la dirección del complejo.
El punto de inflexión llegó cuando el equipo directivo del parque le comunicó un hallazgo extraordinario. Durante las obras de ampliación de una zona del recinto, los arqueólogos habían descubierto restos de incalculable valor histórico. Para dar credibilidad a la situación, una experta en historia medieval ofreció una explicación detallada sobre el supuesto tesoro, enfatizando su importancia para el patrimonio nacional.
El objeto central de la inocentada era una arca que contenía varias sortijas de oro y cobre, presuntamente datadas del siglo VII y atribuidas al Reino Visigodo. La historiadora especializada describió minuciosamente cada pieza, contextualizando su procedencia y significado arqueológico. Este nivel de detalle técnico contribuyó a crear un clima de absoluta credibilidad en torno al evento.
Sin embargo, la tensión comenzó a incrementarse cuando varios empleados del parque irrumpieron en la escena con visible preocupación. Los trabajadores cuestionaron abiertamente que se estuviera exponiendo el material arqueológico sin seguir los procedimientos de seguridad establecidos. La polémica se centraba en que las piezas se manipulaban con una simple servilleta, sin guantes ni instrumentos adecuados, vulnerando los protocolos de conservación.
Los empleados exigieron la inmediata paralización de las obras en la zona del hallazgo hasta que la administración de Patrimonio Histórico realizara la tasación oficial y los análisis científicos correspondientes. El ambiente se volvió progresivamente más tenso, con discusiones acaloradas que tenían lugar en presencia de la actriz, quien observaba la situación con creciente incomodidad.
El momento culminante se produjo cuando el responsable de custodiar la arca regresó a la sala en estado de evidente alarma. El directivo confirmó que las sortijas ya no se encontraban en su interior, lo que desencadenó una serie de acusaciones cruzadas. En ese instante, varios agentes de la Policía Local hicieron acto de presencia, alegando tener un requerimiento judicial de la familia propietaria de las piezas, que supuestamente había demandado la devolución del legado.
Ante la interrogante de quién había manipulado las joyas por última vez, Nadia de Santiago admitió que las había vuelto a colocar en la caja, aunque un testigo presente contradijo su versión, asegurando no haberla visto realizar tal acción. La contradicción generó una situación de máxima tensión, con la actriz atrapada en un embrollo que parecía tener consecuencias legales graves.
La situación derivó en un registro oficial de los efectos personales presentes en la sala. Fue entonces cuando, para sorpresa general, las sortijas aparecieron en el interior del bolso de la intérprete. La reacción de Nadia de Santiago fue de absoluta estupefacción, negando rotundamente cualquier implicación en la desaparición de las piezas.
El desenlace, como es tradicional en estas inocentadas, reveló que todo había sido una elaborada farsa con fines benéficos y de entretenimiento. La actriz, visiblemente aliviada, pudo finalmente disfrutar del momento con los organizadores y el equipo de la gala. La escena, grabada con cámaras ocultas, demostró una vez más la capacidad de la Gala Inocente para crear situaciones límite que captan la atención del público mientras recaudan fondos para causas sociales.
La elección de Puy du Fou como escenario no fue casual. El parque, famoso por sus recreaciones históricas de época, proporcionó el marco perfecto para una trama basada en un descubrimiento arqueológico. Su ambientación medieval y su capacidad para fusionar realidad y ficción hicieron que la inocentada resultara especialmente creíble para la protagonista.
La participación de Nadia de Santiago en esta edición se suma a la lista de celebridades que han sido objeto de estas bromas solidarias a lo largo de tres décadas. El formato, que combina humor y situaciones de estrés controlado, continúa siendo uno de los segmentos más esperados de la gala, generando momentos virales y consolidando la conexión entre el entretenimiento y la responsabilidad social corporativa.
El éxito de la trigésima edición confirma el compromiso de Atresmedia con iniciativas que trascienden la mera programación televisiva. La capacidad de generar contenido relevante mientras se recaudan millones de euros para proyectos de ayuda humanitaria representa un modelo de responsabilidad social único en el panorama mediático español. La noche concluyó con la satisfacción de haber superado el reto de mantener la expectación del público y de los propios protagonistas, demostrando que la creatividad y la solidaridad pueden coexistir en perfecta armonía.