Granada se prepara para un fin de semana lluvioso y con temperaturas gélidas

La AEMET anuncia un cambio meteorológico a partir del jueves con precipitaciones, viento y nevadas en zonas altas que afectarán a toda la provincia

Granada experimentará una notable transformación en su panorama meteorológico durante los próximos días. La ciudad, acostumbrada a sus cielos despejados y sol radiante, verá cómo los nubarrones se apoderan del firmamento, trayendo consigo lluvias persistentes y un marcado descenso térmico que afectará a toda la provincia. Este cambio supone el fin de un periodo de estabilidad atmosférica que había caracterizado las últimas semanas, devolviendo a la capital nazarí a su faceta más húmeda e invernal.

Según las predicciones oficiales de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el cambio se iniciará el jueves 8 de febrero. Durante la mañana, los granadinos aún podrán disfrutar de temperaturas relativamente cálidas, pero a partir de la tarde el cielo se cubrirá progresivamente. Las precipitaciones harán su aparición, marcando el inicio de un periodo inestable que se prolongará durante todo el fin de semana. Los modelos meteorológicos indican que este sistema frontal procedente del Atlántico traerá una masa de aire más frío y húmedo que se instalará sobre la península ibérica, afectando de manera directa al corredor del Genil y a toda la vega granadina.

El jueves registrará una temperatura máxima de 20 grados centígrados, manteniendo cierta suavidad en las horas centrales del día. Sin embargo, la noche será notablemente más fría, con mínimas que podrían alcanzar los tres grados bajo cero en puntos concretos de la capital y su área metropolitana. Este contraste térmico entre día y noche será uno de los rasgos más destacados de esta jornada. Los vientos del sudoeste irán ganando intensidad conforme avance el día, facilitando la entrada de nubes y precipitaciones que se extenderán hasta la madrugada del viernes.

El viernes representará el punto de inflexión más significativo. Una brusca bajada de seis grados dejará las temperaturas en valores mucho más invernales. Los termómetros marcarán entre los 14 y los 4 grados, creando una sensación de frío generalizada. Además, el viento se intensificará, con ráfagas más fuertes que aumentarán la sensación de desagradable. Las lluvias, lejos de ceder, continuarán con mayor intensidad, convirtiendo el paraguas en el complemento indispensable para cualquier desplazamiento por la ciudad. Los barrios de la Alhambra, el Albaicín y el Realejo, con sus empinadas calles empedradas, se convertirán en zonas donde la precaución deberá ser extrema debido al riesgo de resbalones.

El sábado mantendrá la tendencia descendente. Las temperaturas máximas no superarán los 12 grados, mientras que las mínimas se situarán en torno a los cuatro grados. El cielo permanecerá nublado y las precipitaciones, aunque más débiles, seguirán presentes durante buena parte del día. Los granadinos deberán recurrir a su armario invernal, sacando abrigos, bufandas y guantes que habían quedado relegados durante las últimas semanas de relativa calma meteorológica. Los mercados municipales, como el de San Agustín o el de La Chana, verán cómo los ciudadanos buscan ingredientes para platos de cuchara que calienten el cuerpo en estas jornadas frías.

El domingo será la jornada más fría de este episodio. Los termómetros registrarán una mínima de dos grados y una máxima de apenas 13 grados. La sensación de frío será notable, especialmente durante las primeras horas del día y al caer la tarde. Las calles de Granada verán a sus habitantes enfundados en plumíferos y prendas térmicas, mientras las gotas de lluvia continúan dibujando charcos en sus emblemáticos pavimentos. Los parques y jardines, como los de Federico García Lorca o el Carmen de los Mártires, lucirán un aspecto más melancólico, con árboles y flores cubiertos de rocío y gotas de agua.

Uno de los aspectos más llamativos de este cambio atmosférico será la nevada en zonas de montaña. A partir de los 1.500 metros de altitud, la precipitación adoptará forma de nieve, afectando directamente a municipios de la Alpujarra granadina y a la estación de esquí de Sierra Nevada. Los pueblos blancos de la Alpujarra, como Lanjarón, Órgiva o Trevélez, se tiñerán de blanco, creando paisajes de postal que contrastarán con el gris de la capital. Sierra Nevada, por su parte, verá incrementada su capa de nieve, algo que sin duda alegrará a los amantes del esquí y los deportes de invierno. La estación podría superar los 150 centímetros de espesor en sus cotas más altas, garantizando excelentes condiciones para la práctica del esquí alpino y de fondo.

La perspectiva para el lunes ofrece una ligera mejora en cuanto a las temperaturas, que volverán a alcanzar los 20 grados. Sin embargo, las nubes y las precipitaciones no desaparecerán por completo. El paraguas seguirá siendo un aliado necesario, y la inestabilidad atmosférica se mantendrá como tónica dominante durante los primeros días de la siguiente semana. Los modelos a largo plazo sugieren que este patrón de inestabilidad podría prolongarse hasta mediados de mes, con nuevos sistemas frontales que seguirán afectando a la comunidad autónoma.

Este cambio meteorológico obligará a los granadinos a adaptar sus rutinas diarias. La movilidad se verá afectada, especialmente durante las horas de mayor intensidad de lluvia. Se recomienda extremar la precaución al volante, ya que las carreteras, tanto urbanas como de acceso a la ciudad, presentarán superficies mojadas y posibles acumulaciones de agua. Las líneas de autobús urbano podrían experimentar retrasos, y es aconsejable consultar los horarios actualizados a través de la web de la empresa municipal de transportes.

Para quienes tengan previsto visitar Sierra Nevada durante estos días, la situación será idónea para la práctica de deportes de nieve, pero es fundamental consultar el estado de las carreteras de acceso antes de iniciar el viaje. Las nevadas, aunque beneficiosas para el manto nivoso, pueden complicar la circulación en las carreteras de montaña. La A-395 y la carretera que sube a Pradollano podrían requerir el uso de cadenas en determinados tramos, por lo que los conductores deben estar preparados y verificar las restricciones vigentes en la web del Centro de Coordinación de Emergencias de la Junta de Andalucía.

En resumen, Granada afronta un fin de semana marcado por el frío, la lluvia y la nieve en altura. La ciudad cambiará su luminosidad característica por un manto gris que, lejos de restarle encanto, le otorgará un carácter más melancólico y otoñal en pleno mes de febrero. Los ciudadanos deberán prepararse para unas jornadas en las que el paraguas y el abrigo se convertirán en los mejores compañeros de viaje. Las previsiones apuntan a que esta situación, lejos de ser puntual, podría repetirse en las próximas semanas, marcando un febrero más húmedo y frío de lo habitual en la ciudad de la Alhambra.

Referencias

Contenido Similar