El Bada Huesca logró una victoria crucial ante el Rebi Cuenca por 30-25, en un partido que reflejó la madurez, la intensidad y el espíritu competitivo del equipo. Más allá del marcador, lo que quedó grabado fue la capacidad del conjunto oscense para mantener la calma bajo presión, especialmente en los minutos finales, cuando el partido se puso cuesta arriba. Una defensa agresiva, paradas clave de Fradj Ben Tekaya y un ataque con ritmo y decisión fueron los pilares de un triunfo que no solo suma puntos, sino que también reafirma la confianza del equipo.
Desde el primer minuto, el Bada Huesca salió con una actitud clara: defender con intensidad y aprovechar cada transición. La conexión entre Cordiés y Parera en el pivote generó los primeros goles, poniendo el marcador 3-1. Aunque Cuenca respondió con eficacia, especialmente a través de Gándara en el poste, el equipo local no se descompuso. Su presión defensiva forzó errores y recuperaciones que se tradujeron en contraataques rápidos y efectivos.
El primer cuarto fue un intercambio constante de goles, con ambos equipos mostrando buen ritmo y precisión. Sin embargo, la diferencia la marcaron los jugadores del Bada con mayor presencia en ambos lados de la pista. Óscar García y Samuel Cordiés se convirtieron en los motores del ataque, anotando desde el exterior y manteniendo la presión sobre la defensa visitante. A los 15 minutos, el marcador ya reflejaba una ventaja de tres goles (9-6), gracias a la labor de Óscar, que no solo atacó, sino que también ayudó en defensa.
El ambiente en el Palacio de Deportes se caldeó cuando Cuenca logró acercarse en el marcador, aprovechando errores locales y un arbitraje que generó cierta polémica. Un gol de Toth y otro de Fede Pizarro, tras una superioridad no aprovechada por el Bada, igualaron el partido a 11-11. Pero el equipo oscense no se dejó llevar por la frustración. Alfonso Rodríguez, desde los 7 metros, volvió a darle la ventaja a su equipo, y las paradas de Ben Tekaya en momentos clave mantuvieron el ritmo del partido bajo control.
Al descanso, el marcador reflejaba un 17-13 favorable al Bada, con una sensación de dominio y control. La segunda mitad comenzó con una inferioridad para los locales, pero la reacción fue inmediata. Nenadic, con un gol en transición, abrió el marcador y Alfonso, desde el penalti, amplió la ventaja hasta los seis goles (19-13). El técnico visitante, Lidio Jiménez, tuvo que pedir tiempo muerto ante un equipo que parecía atascado y sin ideas.
Cuenca, sin embargo, no se rindió. Aprovechó una superioridad numérica y una puerta vaciada para acercarse en el marcador (20-16). El Bada comenzó a perder claridad en ataque, lo que permitió a los visitantes creer en la remontada. Pero en los momentos clave, el equipo oscense sacó su mejor versión. Parera, con un gol desde los 6 metros tras zafarse de una dura marca, y Ben Tekaya, con dos paradas espectaculares, reactivaron al equipo.
A diez minutos del final, el marcador mostraba un ajustado 22-20. El partido estaba en juego. Pero el Bada no se derrumbó. Cordiés, en racha, anotó dos goles consecutivos con una mezcla de técnica y decisión, uno de ellos tras girar sobre sí mismo en el área. Las paradas de Ben Tekaya, cada vez más impenetrable, y la constancia de Óscar en ataque, mantuvieron a raya a Cuenca. Aunque Fede Pizarro intentó liderar la remontada con tiros directos, el muro defensivo y la solidez del Bada no cedieron.
El final fue una celebración contenida pero merecida. El marcador final de 30-25 refleja no solo un triunfo, sino una declaración de intenciones. El Bada Huesca demostró que puede competir con intensidad, con cabeza y con corazón. Ben Tekaya, Cordiés, Óscar y Parera fueron los protagonistas, pero el mérito es colectivo: un equipo que supo sufrir, reaccionar y cerrar el partido con autoridad.
Con esta victoria, el Bada Huesca no solo suma puntos importantes en la clasificación, sino que también recupera la confianza y la moral. El próximo partido será una nueva oportunidad para consolidar esta versión sólida y decidida del equipo. La afición, con 1.773 espectadores en el Palacio de Deportes, fue testigo de un partido intenso y emocionante, en el que se guardó un minuto de silencio contra la violencia machista, recordando que el deporte también es un espacio de concienciación y respeto.