Leire Martínez habla sobre su salida de La Oreja de Van Gogh

La cantante reflexiona sobre su nueva etapa, la maternidad y su próximo disco en una entrevista exclusiva

Leire Martínez ha roto su silencio sobre una de las etapas más intensas de su carrera profesional. En una conversación íntima para el programa 'En clave de Rhodes' de Cadena SER, la artista vasca desgrana con naturalidad los aprendizajes que ha extraído tras su reciente separación de La Oreja de Van Gogh, ofreciendo una mirada madura y desprovista de dramatismos.

La entrevista, que se extiende durante más de sesenta minutos, sirve como vehículo para que la cantante reivindique su identidad más allá de los escenarios. «No voy a permitir que quien no me conozca defina quién soy», afirma con contundencia, estableciendo desde el primer momento el tono de un relato donde la autenticidad prima sobre cualquier etiqueta.

Más allá del escenario: una mujer aterrizada

Uno de los ejes centrales del diálogo gira en torno a la concepción que Leire tiene de sí misma fuera del ámbito profesional. Para la intérprete, su vida personal no es un complemento de su carrera, sino su verdadero ancla. «Soy madre, soy mujer, soy amante», se define, destacando cómo su día a día, y especialmente su hijo, le proporcionan la estabilidad emocional necesaria para no perderse en la vorágine del mundo artístico.

Este equilibrio entre la vida familiar y la creatividad le ha permitido mantener los pies en la tierra, algo que considera fundamental para su bienestar. La maternidad, lejos de ser un obstáculo, se presenta como su principal fuente de conexión con lo esencial, con aquello que realmente importa más allá de la fama o el reconocimiento.

Una despedida sin rencores

Abordar el final de su trayectoria con La Oreja de Van Gogh no resulta sencillo, pero Leire lo enfoca desde una perspectiva de crecimiento. «Decidí no dejarme consumir por el dolor ni por ciertas emociones», explica con serenidad, reconociendo que algunas circunstancias escapan a nuestro control. Su actitud refleja una aceptación madura: «Existen situaciones que no podemos gestionar. La vida funciona así».

La artista distinge claramente entre el impacto emocional que genera cualquier despedida y la necesidad de avanzar. No busca victimismos ni culpables, sino entender el proceso como una transición natural. Este enfoque revela una evolución personal significativa, donde la resiliencia ocupa un lugar central.

El arte de cerrar ciclos

Durante la conversación, Martínez profundiza en la complejidad de los procesos de cierre. «Durante mucho tiempo me resultó difícil terminar etapas, pero he comprendido que es necesario atravesarlas», confiesa. Para ella, los finales no son simples puntos y seguido, sino experiencias que requieren tiempo de procesamiento.

La cantante advierte sobre los peligros de no resolver lo pendiente: «Cuando dejamos las puertas abiertas, debemos trabajarlo interiormente antes de dar el cierre definitivo». Aunque reconoce que estos procesos suelen doler, también los considera liberadores, espacios donde la persona emerge fortalecida y con mayor claridad sobre su propio camino.

El amor como práctica diaria

Otro de los temas que aborda con especial sensibilidad es el concepto de amor en las relaciones. Leire propone una visión alejada de los grandes gestos románticos, centrada en la cotidianidad. «Hacer el amor es querernos cada día», sentencia, diferenciando entre la pasión momentánea y el afecto constante.

Para la artista, una relación sólida se construye sobre cimientos de respeto mutuo, escucha activa y detalles pequeños. Cuando estos elementos desaparecen, la conexión se debilita. «Si no existe ese cuidado diario, no tiene sentido prolongar algo que ya no funciona», añade, mostrando una visión pragmática pero profunda sobre las relaciones humanas.

La energía que no envejece

Leire Martínez también comparte su filosofía sobre el paso del tiempo y la vitalidad. Contrasta con la idea de que la edad define nuestra capacidad de disfrutar. «La energía vital no depende de los años, sino de la actitud con la que afrontamos cada momento», defiende.

La cantante insiste en la importancia de mantener el espíritu joven, esa capacidad de asombrarse y de enfrentar la vida con curiosidad. «Lo que realmente importa es no perder esas ganas de vivir, de aprender, de crecer», subraya, rechazando la solemnidad excesiva como enemiga de la felicidad.

«Historias de aquella niña»: un retorno a los orígenes

El presente creativo de Leire se materializa en su nuevo proyecto discográfico, titulado «Historias de aquella niña». Se trata de un trabajo profundamente personal, gestado desde un proceso de reconexión con su infancia. «He realizado un trabajo profundo de conexión con la niña que fui», revela.

Este álbum representa un viaje hacia adentro, donde la artista recupera la mirada lúdica y desprejuiciada de la infancia. La creatividad, en este sentido, se convierte en terapia y en fuente de renovación. Leire reivindica el juego como una herramienta esencial: «Desde que nacemos hasta que morimos, nuestra tarea es jugar, experimentar, disfrutar».

Una mirada hacia el futuro

Para finalizar la entrevista, Leire Martínez resume sus deseos de futuro con una sencillez que resulta contundente. Su único anhelo es «seguir teniendo ganas de aprender, de crecer, de vivir y de amar», manteniendo viva esa energía que, según su propia experiencia, constituye el motor de una existencia plena.

El relato de Leire Martínez no es el de una artista que mira atrás con nostalgia, sino el de una mujer que ha aprendido a transitar las pérdidas sin perderse a sí misma. Su historia invita a reflexionar sobre la importancia de la autenticidad, el valor de los cierres conscientes y la necesidad de construir una identidad que no dependa exclusivamente del éxito profesional.

En un mundo donde las transiciones suelen estar cargadas de conflicto, la cantante ofrece un modelo de despedida elegante, madura y, sobre todo, humana. Una lección de que los finales, por dolorosos que sean, pueden ser el comienzo de algo más auténtico.

Referencias

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