El pasado lunes, el Teatre de Sarrià se convirtió en el escenario perfecto para dar inicio a las celebraciones de un aniversario redondo. La cantante de origen cubano Lucrecia, afincada en Cataluña desde hace más de tres décadas, oficializó el comienzo de su 'año Lucrecia', un período que conmemorará sus 30 años de trayectoria artística con una serie de conciertos que la llevarán por escenarios de todo el mundo.
Bajo el título '30 Años de salsa, son y boleros', la artista ofrecerá dos conciertos especiales los días 29 y 30 de diciembre en este mismo teatro barcelonés, que servirán como punto de partida de una extensa gira internacional. Durante el acto de presentación, Lucrecia confesó que tres décadas dan para mucho, pero aún así se le hizo corto el tiempo para repasar una carrera llena de momentos intensos.
Raíces musicales y emociones a flor de piel
Durante el evento, la intérprete explicó cómo los tres géneros que dan nombre a su celebración representan sus orígenes y evolución artística. "Los boleros gustan mucho aquí y me han unido a muchas personas en Cataluña, como el maestro Luis del Olmo, Toni Miró, Terenci Moix...", compartió con el público asistente, una mezcla de periodistas, seguidores y amigos personales.
El son, según sus palabras, siempre ha sido su forma de "poner un poco de movimiento" a sus actuaciones, mientras que la salsa llegó más tarde a su repertorio, impulsada por su labor como intérprete de los temas de Celia Cruz, la reina indiscutible de este género. Acompañada por un grupo musical liderado por el pianista Félix Ramos, Lucrecia ofreció cuatro interpretaciones que dejaron claro por qué su voz ha perdurado tanto tiempo en el gusto del público.
Entre las piezas interpretadas destacaron 'Nostalgias', de Cadícamo y Cobián; 'Dos gardenias', de Isolina Carrillo, a quien reconoció como "mi maestra, mi mentora"; y 'La noche de la iguana', composición de Juan Pablo Silvestre que cobró fama por su inclusión en la película 'Balseros'. Cerró su intervención musical con una de sus propias creaciones, 'Mi gente', cuyo estribillo "Que levante la mano quien se quiera zambear" invitó al público a participar activamente.
De La Habana a Barcelona: una historia de superación
La trayectoria de Lucrecia en España comenzó hace poco más de treinta años, cuando llegó como integrante de la mítica orquesta femenina Anacaona. La conexión con Barcelona fue inmediata y decidió establecer su residencia en la ciudad condal, desde donde no ha podido regresar a su Cuba natal. Este exilio forzado ha marcado profundamente su música y su relación con el público catalán.
Su actual manager, Yanni Munujos, recordó aquellos primeros años cuando la artista comenzaba a abrirse camino como solista. "Una noche a la semana estaba en Antilla, otra en La Tierra, y otra en Otto Zutz, también en La Boîte, Luz de Gas...", enumeró, dibujando un mapa de la escena musical barcelonesa de los años 90. Un momento especial fue su participación como invitada en el extinto club Luna Mora del Port Olímpic en 1997, donde compartió escenario con Moncho en un homenaje a la gran Olga Guillot.
El apoyo de la comunidad artística
El acto contó con la presencia virtual de numerosos amigos y colaboradores que, a través de una pantalla de video, enviaron sus felicitaciones. Entre ellos figuraron Sicus Carbonell de Sabor de Gràcia, Pep Sala, los actores cubanos Jorge Perugorría y Vladimir Cruz (conocidos por 'Fresa y chocolate'), la escritora Zoé Valdés, Joel Joan y Jordi Rueda.
Uno de los momentos más emotivos llegó cuando Fede Sardà, histórico responsable del mítico local Luz de Gas, le entregó un pastel adornado con el número 30 y sus velas correspondientes. La escena provocó que la artista tuviera el lagrimal a flor de piel, demostrando la cercanía y afecto que mantiene con quienes han acompañado su carrera desde los inicios.
Una carrera polifacética y única
El periodista y compositor Luis Troquel intervino para perfilar la trayectoria de Lucrecia, destacando el carácter "único" de una carrera que trasciende la música. Troquel subrayó sus múltiples facetas como "personaje televisivo y escritora de cuentos infantiles", recordando su participación en proyectos de gran impacto como 'Los Lunnis', que la convirtieron en un referente para el público infantil.
Esta versatilidad ha permitido que Lucrecia sea considerada un "icono pop", una artista capaz de moverse entre diferentes disciplinas sin perder su esencia. Su capacidad para conectar con públicos de todas las edades y su dominio de géneros tan diversos la convierten en una figura insustituible del panorama cultural catalán y español.
El futuro: alegría, llanto y mucha fiesta
Con los conciertos de diciembre como preámbulo, Lucrecia prepara una agenda internacional que la llevará a escenarios de medio mundo. La artista promete una celebración llena de "alegría, llanto y mucha fiesta", reflejando la intensidad emocional que ha caracterizado sus tres décadas de trayectoria.
La propuesta artística para este año especial combinará sus grandes éxitos con nuevas interpretaciones, siempre manteniendo vivo el espíritu de los géneros que la vieron nacer como artista. El público podrá disfrutar de un espectáculo que honra tanto sus raíces cubanas como su evolución en tierras catalanas, creando un puente musical entre dos culturas que han definido su identidad artística.
Los conciertos del Teatre de Sarrià serán solo el comienzo de una serie de actuaciones que prometen convertir 2024 en un año memorable para sus seguidores. Con la misma energía que la caracteriza desde sus inicios en la orquesta Anacaona, Lucrecia demuestra que tres décadas no son más que el punto medio de una carrera que continúa en plena forma.