La cadena pública catalana TV3 ha puesto punto y final a la segunda edición de Zenit, su apuesta musical presentada por Miki Núñez, con una gala final que, a nivel artístico, ha sido la mejor del programa. Sin embargo, los datos de audiencia vuelven a reflejar una realidad difícil de ignorar: el formato no consigue competir con su principal rival en la franja de los viernes por la noche. La batalla directa con La Voz de Antena 3 ha dejado un vencedor claro, y no es el canal catalán.
Los números no mienten. Mientras La Voz se alzaba con un 12% de share en su desenlace, Zenit se tenía que conformar con un modesto 8,6%. Aunque ambos espacios fueron los más vistos de la noche, la diferencia de más de tres puntos resulta significativa para una cadena que había depositado grandes expectativas en este concurso. La coincidencia en el calendario y el target demográfico similar han puesto de manifiesto que, cuando se enfrentan directamente, el público prefiere la propuesta de Antena 3.
No obstante, el balance en redes sociales ofrece un panorama más positivo para el programa de TV3. El feedback digital ha sido muy favorable, especialmente durante la emisión de la final. Los espectadores han valorado la calidad de las actuaciones, la puesta en escena y, sobre todo, la elección de la ganadora. Diana Roig se ha proclamado triunfadora de esta edición, un resultado que muchos usuarios consideraron justo y esperado.
La gala final de Zenit se estructuró en tres bloques diferenciados, cada uno con su propia dinámica y emoción. En la primera fase, los cuatro finalistas subieron al escenario para interpretar una canción junto a los integrantes de su respectiva generación. Estas colaboraciones resultaron visualmente atractivas y musicalmente sólidas, permitiendo a los concursantes demostrar su versatilidad. Las coreografías cuidadas y la selección de temas apropiados crearon algunos de los momentos más memorables de la noche. Sin duda, la actuación más aplaudida fue la de Roser, quien cantó junto a The Tyets y Estopa, fusionando estilos con un flamenquito moderno que cautivó al público presente en el plató.
El sistema de puntuación combinaba el voto del público presencial con el de los televidentes desde casa. Roser lideraba tras la primera ronda gracias al apoyo del público del programa, pero la intervención de los espectadores a través de los 5 puntos extra desde sus hogares provocó un sorpasso definitivo. Diana Roig superó a sus rivales y se colocó en primera posición del ranking, consolidando su camino hacia la victoria final.
En el lado opuesto del tablero, Cris Juanico no logró conectar con el jurado ni con el público. Su interpretación de "Como un burro amarrado en la puerta del baile" de El Último de la Fila no convenció, situándole en cuarta posición y eliminándole de la competición antes de la fase final de la gala. Esta decisión, aunque dura, reflejaba las reglas claras del formato: solo los tres mejores pasaban a la última ronda.
Con los marcadores reseteados a cero para mantener la emoción hasta el final, los tres finalistas restantes —Diana Roig, Roser y Alfred— se enfrentaron a la última prueba. Cada uno debía interpretar una canción en solitario que demostrara su potencial como artista completo. Roser volvió a arriesgar con una versión de "It's raining men" que combinó su energía escénica con un karaoke junto a Gisela, la capitana de su generación. Este momento de conexión con su mentor añadió un toque personal y emotivo a su actuación.
Alfred, por su parte, eligió un clásico de Michael Jackson: "Don't Stop 'til You Get Enough". Aunque su elección musical era acertada, la ejecución no estuvo a la altura de sus mejores momentos en el concurso. Esta actuación por debajo de sus posibilidades le perjudicó en la puntuación final, algo que muchos seguidores consideraron injusto dado su trayecto anterior en el programa. Sin embargo, en un concurso en directo, cada actuación cuenta y la presión de la final puede jugar malas pasadas.
Diana Roig, consciente de que era la favorita, cerró la noche con una interpretación que combinó técnica, emoción y conexión con el público. Su estabilidad vocal y su presencia escénica le valieron no solo los puntos necesarios, sino también el reconocimiento unánime de merecer la victoria. La joven artista se convierte así en la ganadora de una edición que, pese a los bajos datos de audiencia, ha dejado un buen sabor de boca entre quienes la siguieron fielmente.
El análisis de la estrategia de programación de TV3 revela un problema estructural. La decisión de emitir Zenit los viernes por la noche, directamente contra La Voz, ha demostrado ser un error desde el punto de vista de las cifras. Aunque el formato tiene calidad y potencial, la competencia con un programa consolidado y con mayor presupuesto promocional resulta desigual. La cadena pública catalana debe replantearse si mantener esta franja para futuras ediciones o buscar un día con menos competencia directa.
El futuro de Zenit en TV3 dependerá de varios factores. Por un lado, la calidad artística del programa es indiscutible y el talento descubierto, como Diana Roig, justifica la apuesta. Por otro, los responsables de la cadena no pueden ignorar los datos de audiencia de forma permanente. Una posible solución pasaría por reforzar la promoción digital, explotar el contenido en plataformas streaming o considerar un cambio de día que evite el choque frontal con La Voz.
La segunda edición de Zenit termina con un sabor agridulce. Por un lado, el éxito de Diana Roig y la calidad de la producción; por otro, la derrota en la guerra de audiencias. TV3 tiene ante sí el reto de decidir si apuesta por una tercera temporada y, de hacerlo, cómo reinventar la estrategia para que el programa alcance el público que merece. Mientras tanto, La Voz sigue reinando indiscutible en los viernes musicales de la televisión española.