Después de cuatro décadas siendo uno de los rostros más reconocibles de la noche ibicenca, Pocholo Martínez-Bordiú anuncia su retirada. El nieto del dictador Francisco Franco, conocido por su espíritu festivo y su inagotable energía, cierra una etapa que comenzó en 1983 en el mítico club Pachá.
El fin de una época dorada
Ibiza nunca volverá a ser la misma. La isla que ha visto nacer y caer mitos de la noche acaba de perder a uno de sus personajes más emblemáticos. Con 60 años cumplidos, Pocholo Martínez-Bordiú ha decidido que es el momento de "cortarse la coleta" y abandonar el mundo que le convirtió en leyenda. Su anuncio, realizado en el programa '¡De viernes!', ha causado conmoción entre los amantes de la vida nocturna.
"He estado en Pachá desde el año 83 y ya toca un poquito cambiar de tercio. Así que seguiré con mi camión y la noche se va a quedar sola", declaró con su característico sentido del humor. Esta frase resume el sentimiento de quien ha sido testigo y protagonista de la transformación de Ibiza desde los años 80 hasta la actualidad.
Motivos de una decisión meditada
La decisión no ha sido improvisada. Pocholo ha sido claro al explicar que son varios los factores que le han llevado a tomar esta determinación. El principal: el cambio de identidad de la isla y del local que le acogió durante 40 años. "Ha cambiado de dueño y la identidad es diferente", explicó con un dejo de melancolía.
El empresario no quiere que haya malentendidos. "No me echan, he sido yo el que me he querido ir", ha enfatizado en varias ocasiones. Podría haber continuado, pero considera que la esencia de lo que vivió y construyó ya no existe. "Ya no es lo que era. Tampoco está mi amigo que era el dueño. Es todo diferente", añadió.
Un legado innegable
Durante cuarenta años, Pocholo Martínez-Bordiú se convirtió en mucho más que el nieto de Franco. Se ganó su propio renombre como animador incansable de veladas, como alguien que entendía el alma de la fiesta y que sabía mantener viva la llama de la noche ibicenca. Sus aventuras y desventuras en la isla son parte del folclore local.
El personaje público siempre supo diferenciarse de su apellido controvertido. Creó su propia identidad alrededor de la música, la diversión y la libertad que representa Ibiza. Su figura se asoció a la despreocupación y al espíritu festivo de una época en la que la isla se consolidó como capital mundial de la electrónica.
El problema de salud que precipitó la decisión
Aunque el motivo principal es el cambio de ciclo, Pocholo también ha tenido que lidiar con problemas de salud recientes. Un accidente en moto durante una escapada campestre le causó complicaciones vasculares en una pierna. Además, su participación en un programa de cocina que requería largas jornadas de pie agravaron su condición.
Estos contratiempos le hicieron reflexionar sobre su futuro y sobre la necesidad de cuidarse más. "Yo estoy a estrenar", bromeó al referirse a su estado, demostrando que el humor sigue siendo su mejor aliado.
La transformación de Ibiza
La isla blanca ha evolucionado radicalmente desde los años 80. Lo que comenzó como un refugio hippie y un paraíso para la música electrónica underground se ha convertido en un destino de lujo masificado. Los precios han subido, la clientela ha cambiado y muchos de los locales míticos han desaparecido o han cambiado de manos.
Pocholo ha sido testigo de esta metamorfosis. "En la vida todo es un cambio. El cambio es constante incluso en la materia. Luego es opcional el progresar", filosofó durante la entrevista. Su frase resume la dualidad de la evolución: el cambio es inevitable, pero no siempre significa mejora.
El mito de Pachá y su despedida
El club Pachá ha sido el escenario principal de las aventuras de Pocholo. Desde que abrió sus puertas en Ibiza en 1973, se convirtió en un icono de la noche mundial. Pocholo llegó en 1983 y se convirtió en parte de su alma. Durante décadas, su presencia era tan constante como los beats que salían de las cabinas.
La relación especial que mantenía con el antiguo dueño también ha influido en su decisión. Con el cambio de propiedad, ha perdido no solo un trabajo, sino una conexión personal que daba sentido a su presencia allí.
¿Qué futuro le espera?
Aunque deja atrás la noche, Pocholo no piensa en el retiro absoluto. "Me buscaré la vida por otro lado", aseguró. Su espíritu emprendedor y su carisma le abrirán puertas en otros ámbitos. Se habla de proyectos relacionados con el mundo del motor, su otra gran pasión, y quizás alguna incursión en el mundo de la hostelería desde otra perspectiva.
Lo que está claro es que no desaparecerá del todo. Su figura está tan ligada a Ibiza que será difícil no seguir viéndole por la isla, aunque ahora en horario diurno.
El impacto en la comunidad
La noticia ha conmocionado a la comunidad de Ibiza. Para muchos, Pocholo representaba la autenticidad en un entorno cada vez más comercializado. Su despedida simboliza el fin de una era para quienes vivieron los años dorados de la isla.
En redes sociales, cientos de seguidores han expresado su tristeza y agradecimiento. "Gracias por las noches inolvidables", "Una leyenda se va", "Ibiza ya no será lo mismo" son algunos de los mensajes que inundan las publicaciones.
Un adiós con humor
Hasta el final, Pocholo ha demostrado su ironía característica. Cuando le preguntaron sobre su vida nocturna, respondió: "Nunca he salido mucho, la verdad". Una frase que desató las carcajadas en el plató y que resume su actitud ante la vida: tomarse las cosas con filosofía y una sonrisa.
Este sentido del humor ha sido su marca registrada. Incluso en momentos de despedida, sabe cómo desdramatizar y dejar claro que, aunque una etapa termina, la vida continúa.
El legado perdura
Aunque Pocholo abandone su puesto en Pachá, su influencia en la cultura de la noche ibicenca es indeleble. Ha sido puente entre generaciones, testigo de la evolución de la música electrónica y guardián de la esencia festiva de la isla.
Para los que lo conocieron, su presencia era sinónimo de buen rollo y autenticidad. Para los que solo conocen la Ibiza actual, representa un vínculo con un pasado más genuino y menos comercial.
Conclusión: el fin de un ciclo
La retirada de Pocholo Martínez-Bordiú marca el cierre de un capítulo importante en la historia de Ibiza. No es solo la despedida de un personaje público, sino la confirmación de que la isla que conocimos ha desaparecido para dar paso a otra cosa.
Su decisión de "cortarse la coleta" es un acto de coherencia. Prefiere irse manteniendo el recuerdo de lo que fue a quedarse viendo cómo se diluye su legado. Y lo hace con la elegancia y el humor que le caracterizan.
Ibiza seguirá siendo un destino mundial, Pachá seguirá abriendo sus puertas cada verano, pero la noche ya no será la misma sin Pocholo. Y eso es algo que ni el tiempo ni el progreso podrán cambiar.