La espera ha llegado a su fin. La tercera entrega de una de las sagas de misterio más revitalizadoras del cine contemporáneo ya está disponible en Netflix desde el 12 de diciembre de 2025, tras su paso previo por las salas cinematográficas a finales de noviembre. Rian Johnson vuelve a demostrar su maestría en el género whodunit con una historia que eleva la apuesta de sus predecesoras.
Benoit Blanc, el sofisticado detective sureño interpretado magistralmente por Daniel Craig, regresa para enfrentarse a lo que promete ser su caso más desconcertante hasta la fecha. La película, titulada De entre los muertos, continúa la tradición establecida en las entregas anteriores: un misterio aparentemente imposible, un elenco de sospechosos carismáticos y una trama que desafía constantemente las expectativas del espectador.
La premisa central nos transporta a un pequeño pueblo marcado por su pasado oscuro, donde una antigua iglesia se convierte en el escenario de un crimen que desafía la lógica. Un hombre es encontrado muerto en el interior de una habitación herméticamente sellada, sin aparente entrada ni salida, en circunstancias que parecen contradecir las leyes de la física. Este clásico escenario del género del locked room mystery sirve como punto de partida para una narrativa que se ramifica en múltiples capas de engaño y revelación.
Lo que distingue a esta franquicia no es solo la complejidad de sus enigmas, sino la forma en que Rian Johnson utiliza el formato del misterio clásico para realizar una crítica social sutil pero incisiva. Al igual que Agatha Christie retrataba la sociedad británica de su época, Johnson observa con lupa las dinámicas de poder, las desigualdades económicas y las tensiones culturales del mundo contemporáneo. La elección de un pueblo aislado como escenario no es casual: permite explorar cómo los secretos y las culpas colectivas pueden fermentar durante generaciones hasta estallar en violencia.
El regreso de Daniel Craig al papel de Blanc supone una evolución natural del personaje. En esta ocasión, el detective muestra una mayor vulnerabilidad, una profundidad emocional que contrasta con la brillantez intelectual que le caracteriza. Su acento sureño, lejos de ser un mero recurso cómico, se ha convertido en una herramienta narrativa que desarma a los sospechosos y humaniza a un personaje que podría resultar distante.
Aunque el texto de referencia no detalla el reparto completo, la saga se ha caracterizado por reunir elencos de lujo. Es de esperar que esta tercera parte continúe esa tradición, incorporando caras nuevas que aporten frescura al universo establecido. La química entre los actores ha sido siempre un pilar fundamental del éxito de estas películas, y Johnson demuestra un ojo excepcional para el casting.
Desde el punto de vista técnico, la película mantiene el alto nivel de sus predecesoras. La fotografía captura la atmósfera opresiva del pueblo, con su iglesia centenaria como testigo silencioso de los crímenes. La banda sonora, compuesta nuevamente por Nathan Johnson, hermano del director, refuerza la tensión sin recurrir a los clichés del género, utilizando instrumentación que evoca tanto la tradición como la modernidad.
La estructura narrativa juega con las expectativas del público familiarizado con las entregas anteriores. Si Glass Onion (la segunda parte) sorprendía con su cambio de escenario a una isla griega y su tono más desenfadado, De entre los muertos vuelve a las raíces con un misterio más claustrofóbico y sombrío. Sin embargo, no renuncia al humor ácido y a los giros de guion que han definido la marca de la casa.
Un aspecto destacable es cómo Johnson equilibra la homogeneidad al género clásico con la innovación narrativa. Los fans de Agatha Christie reconocerán las señales de identidad: el número limitado de sospechosos, cada uno con motivo y oportunidad; la reconstrucción minuciosa de la escena del crimen; la revelación final donde todos los elementos encajan perfectamente. Pero el director introduce elementos contemporáneos que refrescan la fórmula: la influencia de las redes sociales en la percepción de la verdad, la desinformación como herramienta criminal, o la complejidad de las relaciones en una era de desigualdad creciente.
La transición de cines a Netflix merece comentario. El estreno limitado en salas a finales de noviembre generó la expectación necesaria y permitió que los cinéfilos disfrutaran de la experiencia colectiva del misterio. La llegada a la plataforma streaming amplifica su alcance, convirtiéndola en un evento cultural global. Este modelo híbrido de distribución, iniciado con la segunda entrega, demuestra ser efectivo para este tipo de producciones de prestigio.
La recepción inicial, tanto de crítica como de público, parece seguir la línea de sus predecesoras. Las críticas especializadas destacan la inteligencia del guion y la capacidad de Johnson para reinventar el género sin traicionar su esencia. El público aprecia la accesibilidad de la trama, que invita a participar activamente en la resolución del enigma sin sentirse excluido por su complejidad.
Desde una perspectiva de SEO y marketing de contenidos, esta película representa un caso de estudio interesante. La construcción de una marca cinematográfica en torno a un personaje recurrente, pero con historias autoconclusivas cada vez, permite captar nuevas audiencias sin alienar a las existentes. El nombre de la saga, Puñales por la espalda, se ha convertido en sinónimo de misterio de calidad, facilitando el posicionamiento en buscadores y la generación de conversación en redes sociales.
Para los aficionados al género, esta tercera entrega ofrece recompensas adicionales. Johnson esconde referencias y homenajes a clásicos del cine de mistererio que recompensan la visión atenta. Desde guiños visuales a películas de Hitchcock hasta estructuras narrativas que recuerdan a El tercer hombre, la película funciona tanto como entretenimiento puro como objeto de análisis para los entusiastas.
La clave del éxito radica en que nunca pierde de vista su función primordial: entretener. Cada escena, cada diálogo, cada plano está diseñado para servir al misterio, pero también para disfrutarse por sí mismo. No hay pretensiones intelectuales que entorpezcan el disfrute, sino una confianza en la inteligencia del espectador que resulta refrescante en el panorama actual.
En conclusión, Puñales por la espalda: De entre los muertos consolida a esta saga como la referente del misterio clásico en el siglo XXI. No solo cumple con las expectativas generadas por sus predecesoras, sino que las supera en ambición y ejecución. Su disponibilidad en Netflix la convierte en una opción imprescindible para estas fechas navideñas, perfecta para disfrutar en familia o para analizar en profundidad en comunidades de fans. Rian Johnson ha demostrado una vez más que el género whodunit no solo no está muerto, sino que puede ser el vehículo perfecto para explorar los dilemas morales de nuestra época mientras nos mantiene pegados al asiento durante dos horas de puro suspense.