Ana Belén y Víctor Manuel revelan en La Revuelta quién tiene más dinero

La pareja artística confiesa tras 50 años de matrimonio que mantienen sus finanzas separadas y que él gana más por derechos de autor

Ana Belén y Víctor Manuel han demostrado una vez más por qué son una de las parejas más sólidas y queridas del panorama artístico español. Su reciente aparición en el programa La Revuelta, presentado por David Broncano, se ha convertido en un momento televisivo lleno de sinceridad, humor y complicidad, donde no dudaron en abordar incluso el tema de sus finanzas personales con total naturalidad.

Los artistas acudieron al espacio de RTVE para compartir los proyectos que les mantienen activos en la escena musical. Por un lado, Víctor Manuel se prepara para la presentación de su nuevo trabajo Solo a solas conmigo, cuyo lanzamiento está previsto para marzo de 2026. Por otro, Ana Belén se encuentra inmersa en la recta final de su gira actual, que culminará el próximo 23 de diciembre en el Movistar Arena de Barcelona, un colofón perfecto para una temporada de éxitos.

La conexión entre ambos resulta evidente desde el primer instante. Al llegar al plató, no lo hicieron con las manos vacías. La pareja obsequió a Broncano con una caja de mazapanes, un detalle navideño que la actriz y cantante justificó con una sonrisa: "¿Qué otra cosa podía ser en estas fechas?". El presentador, conocido por su espontaneidad, no dudó en probarlos en directo y compartir el momento con su equipo, lanzando uno de los dulces a Grison para que lo atrapase con la boca, generando un instante de distensión que marcó el tono de la entrevista.

El origen de su historia de amor se remonta al verano de 1971, cuando una amiga común, la actriz Trini Alonso, decidió que debían conocerse. El lugar elegido fue un hotel de La Coruña, donde el destino puso en su camino a dos artistas en plena ebullición creativa. Ana Belén se encontraba de gira con la obra de teatro Un sabor a miel, mientras que Víctor Manuel acompañaba a Julio Iglesias en su gira musical por la ciudad gallega. Aquel encuentro casual derivó en una relación que ha perdurado más de cinco décadas.

Su matrimonio, celebrado el 13 de junio de 1972 en Gibraltar, constituye un capítulo significativo de su trayectoria personal. La elección de este enclave no fue casual. Durante la dictadura franquista, España solo permitía la celebración de bodas religiosas, por lo que la pareja tuvo que buscar una alternativa legal fuera del territorio nacional para poder contraer matrimonio por lo civil. Gibraltar se convirtió así en el testigo de su unión, un acto de rebeldía personal y reivindicación de sus libertades individuales en un contexto político adverso.

Tras más de medio siglo compartiendo vida y escenario, la pareja ha sabido mantener viva la llama tanto en lo personal como en lo profesional. David Broncano, conocido por sus preguntas directas y su estilo desenfadado, no dudó en abordar uno de los temas que genera más curiosidad entre el público: la situación económica de los famosos. La pregunta sobre cuánto dinero tienen en el banco pilló desprevenidos a muchos, pero no a ellos, que respondieron con total transparencia.

"Tenemos las cuentas separadas", reconoció Ana Belén sin titubeos, desvelando una dinámica que funciona para ellos desde hace años. Esta decisión, lejos de ser un signo de distanciamiento, demuestra un respeto mutuo por la autonomía económica dentro de su relación. En una industria donde las finanzas conjuntas suelen ser la norma, su elección resulta paradigmática.

La pregunta del millón llegó inevitablemente: ¿quién de los dos tiene mayor patrimonio? La respuesta de Ana Belén fue contundente y llena de humor: "Yo creo que él… Él es autor y él cobra derechos de autor cosa que yo no". La cantante aludía a la importante diferencia que existe entre un intérprete y un compositor en términos de ingresos residuales. Mientras que los artistas que interpretan canciones perciben beneficios por las actuaciones y grabaciones, los autores reciben royalties cada vez que sus obras se reproducen, se interpretan o se utilizan comercialmente.

David Broncano no perdió la oportunidad de lanzar una de sus características bromas: "Ahí te ha adelantado", a lo que Ana Belén respondió rápidamente entre risas: "Ya venía adelantado", dejando claro que la diferencia económica no es un tema tabú entre ellos, sino una realidad asumida con naturalidad.

La artista profundizó en su relación con la composición, explicando por qué nunca se ha dedicado a crear canciones: "Yo no tengo derechos de autor, yo no compongo para mi desgracia... No lo he intentado porque sé que me iba a salir un churro. Una es consciente de las cosas en las que te puedes meter y puedes navegar y otras en las que no. Lo he tenido clarísimo y sobre todo porque vivo con una persona que sé lo que le cuesta escribir". Esta declaración refleja una honestidad admirable y un profundo conocimiento de sus propias limitaciones, algo poco común en un mundo donde muchos intentan diversificarse sin tener las habilidades necesarias.

Víctor Manuel, por su parte, optó por la contundencia numérica sin revelar cifras exactas: "Tengo 600 canciones", afirmó, dejando entrever el volumen de su obra y, por extensión, el potencial de sus ingresos por concepto de derechos de propiedad intelectual. Esta cifra no solo habla de su productividad, sino de su legado como uno de los compositores más prolíficos de la música popular española.

Más allá de las cifras y las cuentas bancarias, lo que realmente destaca es el patrimonio artístico y emocional que han construido juntos. Su trayectoria les ha convertido en dos de los perfiles más rentables y solicitados de la escena musical nacional, especialmente entre el público adulto que ha crecido con sus canciones y sus interpretaciones.

Las empresas que han gestionado su imagen, los contratos publicitarios que han firmado a lo largo de los años y su constante presencia en los escenarios han generado un patrimonio conjunto considerable. Sin embargo, lo que realmente les diferencia es su capacidad para mantenerse relevantes en una industria en constante cambio, adaptándose a los nuevos formatos sin perder su esencia.

Su aparición en La Revuelta no solo sirvió para promocionar sus proyectos individuales, sino para mostrar al mundo una pareja que ha sabido equilibrar fama, fortuna y amor con una naturalidad envidiable. En una época donde las rupturas y los escándalos económicos entre famosos son moneda corriente, Ana Belén y Víctor Manuel representan un modelo de estabilidad y transparencia.

La química que desprenden trasciende lo profesional. Sus miradas cómplices, sus interrupciones mutuas llenas de cariño y su disposición a reírse de sí mismos demuestran una conexión genuina que el tiempo no ha logrado erosionar. Mientras otros matrimonios del espectáculo sucumben a las presiones de la industria, ellos han construido un bastión de confianza y respeto mutuo.

El tema del dinero, lejos de generar tensión, se convirtió en un momento de humor compartido. Ana Belén reconoció sin rencor la ventaja económica de su marido, mientras él asumía con modestia el peso de su éxito como compositor. Esta actitud desenfadada ante una pregunta que muchos considerarían invasiva habla de la seguridad que tienen en su relación y en su individualidad.

En definitiva, la entrevista dejó claro que el verdadero tesoro de esta pareja no se mide en euros ni en derechos de autor, sino en la decada de proyectos compartidos, el respeto mutuo y la capacidad de seguir construyendo juntos, tanto en el escenario como fuera de él. Su legado trasciende lo material, consolidándose como un referente de amor y profesionalidad en la cultura popular española.

Mientras Víctor Manuel prepara los detalles de su nuevo espectáculo para 2026 y Ana Belén se enfrenta a los últimos ensayos de su concierto de despedida de gira, los espectadores pueden estar seguros de que esta pareja seguirá dando que hablar, no por controversias o escándalos, sino por su talento, su honestidad y la fortaleza de un vínculo que ha resistido la prueba del tiempo con creces.

Referencias

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