Los habitantes de Galicia pueden respirar tranquilos después de varios días de intenso temporal. La comunidad autónoma afronta una semana meteorológicamente muy estable, marcada por la ausencia de lluvias significativas y una notable disminución de la intensidad del viento. Este cambio de patrones climáticos llega de la mano de la desaparición de la última borrasca atlántica y el establecimiento de una situación anticiclónica que se prolongará, como mínimo, hasta el próximo domingo.
María Souto, técnica de MeteoGalicia, ha confirmado que el panorama meteorológico para los próximos días resulta considerablemente más favorable que el vivido durante la semana anterior. La experta señala que tanto el miércoles como el jueves presentarán escasas precipitaciones en prácticamente toda la geografía gallega, aunque los residentes en la zona occidental deberán mantener el paraguas a mano por si aparecen algunos chubascos aislados de carácter débil.
La provincia de A Coruña y la zona de Pontevedra concentrarán las posibles lluvias esporádicas durante la primera mitad de la semana. No obstante, se tratará de eventos puntuales y de corta duración, sin las consecuencias del temporal anterior. La situación evolucionará durante la madrugada del jueves al viernes, momento en el que un frente aún sin denominación atravesará la región desde el Atlántico. Este sistema frontal provocará precipitaciones de intensidad moderada, aunque su paso será rápido y no debería alterar significativamente las actividades diarias de la población.
El origen de esta mejora atmosférica se encuentra en la disolución de la borrasca irlandesa Bram, responsable de los últimos episodios de mal tiempo. Este sistema de bajas presiones, que azotó con especial virulencia el litoral gallego, dejó este martes sus últimos coletazos en las Rías Baixas y la Costa da Morte. Los vientos de componente suroeste, que actuaban como auténtico motor empujando la borrasca hacia la península, perdieron fuerza al encontrarse con la dorsal montañosa que separa las provincias de A Coruña y Lugo, así como la divisoria entre Pontevedra y Ourense. Este obstáculo orográfico provocó la dispersión del sistema nuboso y puso fin a las condiciones adversas.
Las consecuencias de Bram resultaron especialmente notorias en la franja costera, donde se registraron rachas de viento superiores a los 100 kilómetros por hora y oleaje que alcanzó los seis metros de altura. El temporal marítimo obligó a las autoridades a activar avisos de nivel naranja, que este martes se rebajaron a amarillo a medida que la situación mejoraba. La Agencia Estatal de Meteorología y MeteoGalicia coordinaron la vigilancia de esta situación de riesgo, que afectó principalmente a la navegación y a las actividades portuarias.
Con la desaparición definitiva de la borrasca, Galicia se adentra en un período de calma meteorológica que se extenderá hasta el fin de semana. Los modelos de predicción no contemplan la llegada de nuevos sistemas frontales significativos, aunque Souto advierte que la evolución del anticiclón deberá monitorizarse en las próximas horas para confirmar la tendencia. La incertidumbre reside en la posición exacta que ocupará este sistema de altas presiones, factor determinante para el tiempo más allá del domingo.
El sábado y el domingo prometen ser jornadas especialmente agradables para la época del año. Los cielos despejados y la ausencia de nubes de precipitación permitirán disfrutar de jornadas soleadas en prácticamente toda la región. Este panorama contrasta notablemente con el habitual carácter húmedo del invierno gallego, ofreciendo una oportunidad perfecta para actividades al aire libre y rutas por la naturaleza antes de la llegada de nuevas perturbaciones atlánticas.
El otro gran protagonista de esta semana será la evolución térmica. Tras un período de temperaturas nocturnas anómalamente elevadas, provocado por los vientos del sur que impedían el enfriamiento radiativo, el termómetro experimentará un ajuste descendente hasta alcanzar valores propios de mediados de diciembre. María Souto explica que la normalización térmica se debe a la estabilización de la masa de aire y la mayor radiación nocturna asociada a cielos más despejados.
Este miércoles, las temperaturas máximas oscilarán entre los 11 grados en Lugo y los 16 grados en Vigo, mientras que las mínimas se situarán entre 5 y 9 grados respectivamente. La noche del jueves al viernes se presenta como la más fría de la semana, con valores que podrían caer hasta los 4 grados en la capital lucense y mantenerse en torno a los 7 grados en A Coruña, Santiago de Compostela y Vigo. Este descenso térmico, lejos de ser una anomalía, representa el retorno a la climatología habitual para estas fechas.
El fin de semana traerá consigo un ligero repunte térmico que, combinado con la ausencia de lluvia, creará una sensación de mayor bienestar. Las temperaturas diurnas se situarán en torno a los 14 grados en la mayoría de las capitales gallegas, valores considerados suaves y agradables para realizar actividades al aire libre. La sensación térmica podría ser incluso superior gracias a la radiación solar directa y la ausencia de viento huracanado.
Desde el punto de vista meteorológico, esta semana representa una tregua invernal que permite recuperar la normalidad después de un período de excepcional inestabilidad. La alternancia de sistemas frontales atlánticos es característica del clima oceánico de Galicia, pero la intensidad de Bram superó las previsiones iniciales, generando situaciones de riesgo que requirieron la activación de protocolos de emergencia.
Los servicios meteorológicos mantienen la vigilancia constante sobre la evolución del anticiclón, cuya posición final determinará si esta calma se prolonga más allá del domingo o si, por el contrario, se reactiva la entrada de perturbaciones. La configuración atmosférica actual sugiere que el bloqueo anticiclónico podía mantenerse, aunque cualquier desplazamiento hacia el este abriría la puerta a nuevas borrascas.
Para la población, estas previsiones suponen un respiro en la planificación de actividades cotidianas. La ausencia de precipitaciones facilita los desplazamientos, reduce los riesgos de inundaciones en zonas bajas y permite retomar trabajos agrícolas y ganaderos que habían quedado interrumpidos. El sector pesquero también se beneficiará de la mejora del estado de la mar, aunque deberá mantenerse alerta ante posibles cambios bruscos.
En resumen, Galicia afronta una semana de transición meteorológica que aleja las tempestades y acerca las condiciones propias del calendario. La desaparición de Bram, la llegada de un frente débil el viernes y la consolidación del anticiclón para el fin de semana dibujan un panorama favorable que contrasta con la crudeza del temporal anterior. Los gallegos pueden prepararse para días más secos, noches más frías y un fin de semana que invita a disfrutar del sol invernal.