Un terremoto de magnitud 3,7 ha sacudido la ciudad autónoma de Melilla en la madrugada de este martes, generando expectación entre la población pero sin provocar consecuencias negativas. El Instituto Geográfico Nacional (IGN) confirmó que el epicentro se localizó en la zona de Alborán Sur, una región sísmicamente activa del Mediterráneo occidental.
El movimiento telúrico se produjo exactamente a las 7:05 hora local, cuando muchos residentes aún permanecían en sus domicilios preparándose para iniciar la jornada laboral. Las coordenadas oficiales registradas por el IGN sitúan el hipocentro en los 35,5 grados de latitud norte y 3,7 grados de longitud oeste, con una característica que llamó la atención de los expertos: una profundidad de 0 kilómetros, lo que indica un evento superficial.
Características del seísmo
La profundidad superficial del sismo, aunque técnicamente se registra como 0 km, suele interpretarse como un evento muy próximo a la corteza terrestre, lo que explica que fuera perceptible por gran parte de la población melillense pese a su moderada magnitud. Los terremotos de esta escala, si bien no suelen causar daños estructurales, son suficientemente intensos como para ser notados claramente, especialmente cuando ocurren bajo tierra firme o a poca profundidad.
El IGN ha descartado de forma categórica la existencia de daños materiales o personales derivados de este movimiento. Las autoridades locales, en coordinación con el servicio de emergencias, realizaron un reconocimiento rápido de las zonas más pobladas y de la infraestructura crítica, confirmando que no se habían producido desperfectos en edificios, redes de servicios o vías de comunicación.
Contexto geológico de la zona de Alborán
La región de Alborán Sur forma parte del corredor sísmico del Estrecho de Gibraltar, una de las áreas con mayor actividad tectónica del sur de la Península Ibérica. Esta zona marca el límite de interacción entre la placa Euroasiática y la placa Africana, donde la convergencia lenta pero constante genera acumulación de tensiones que se liberan periódicamente mediante sismos de baja e intensidad media.
El mar de Alborán, que da nombre a esta región, alberga varias fallas activas que atraviesan el fondo marino y afectan a las costas de Melilla, Andalucía y el norte de Marruecos. Los sismos de magnitud inferior a 4,0 son relativamente frecuentes en esta área, aunque la mayoría transcurren sin ser percibidos por la población debido a su mayor profundidad o distancia de las zonas habitadas.
Reacción ciudadana y percepción del temblor
A pesar de la hora temprana, numerosos residentes de Melilla notaron el temblor característico que duró escasos segundos pero fue suficiente para despertar curiosidad e, incluso, cierta preocupación. En redes sociales, varios usuarios compartieron sus experiencias describiendo una sacudida breve pero clara que movió muebles y provocó el sonido de objetos entrechocando.
"Noté cómo la mesa de la cocina vibraba y las copas del armario sonaban entre sí. Fueron apenas unos segundos, pero bastaron para ponerme alerta", comentó una vecina de la zona centro a través de un mensaje en plataformas digitales. Este tipo de testimonios refleja cómo los eventos sísmicos, aunque de baja intensidad, generan una respuesta inmediata en la comunidad, especialmente en una ciudad donde los terremotos perceptibles son menos comunes que en otras regiones españolas.
Otro sismo en Murcia: coincidencia temporal
Curiosamente, este evento en Melilla se produce apenas horas después de que otro terremoto de magnitud 2,6 se registrara en la Región de Murcia. El lunes, aproximadamente a las 18:48 horas, un seísmo con epicentro en la zona de El Valle sorprendió a los vecinos, que percibieron el temblor durante unos diez segundos.
El IGN informó que este segundo movimiento también fue superficial, lo que explica su percepción pese a la magnitud moderada. La cercanía al núcleo urbano de Murcia hizo que el sismo fuera notado por cientos de personas, aunque al igual que en Melilla, no se reportaron daños de consideración. La coincidencia de dos eventos sísmicos en diferentes puntos del sureste peninsular en menos de 24 horas es una reminder de la actividad tectónica que caracteriza esta parte del territorio español.
Sismicidad en el sureste español
El sureste de España, comprendiendo Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana, constituye una de las zonas con mayor sismicidad histórica del país. A lo largo de los siglos, esta región ha experimentado terremotos de mayor intensidad, como el devastador sismo de Lorca de 2011 (magnitud 5,1) que causó nueve fallecidos y cuantiosos daños materiales.
Los expertos en geofísica explican que la actividad sísmica actual forma parte del comportamiento normal de la corteza terrestre en esta área. La liberación de tensiones mediante sismos de baja magnitud es un proceso natural que, lejos de ser preocupante, demuestra que el sistema geológico está funcionando sin acumular energía de forma peligrosa. Los instrumentos de vigilancia del IGN, distribuidos en todo el territorio nacional, permiten detectar y caracterizar cada evento con precisión milimétrica.
Protocolos de actuación ante un terremoto
Ante la ocurrencia de sismos perceptibles, las autoridades recomiendan mantener la calma y seguir una serie de pautas de seguridad básicas. Durante el movimiento, lo más aconsejable es protegerse bajo marcos de puertas o mesas robustas, alejándose de ventanas y objetos que puedan caer. Una vez finalizado el temblor, es fundamental verificar la integridad de la vivienda y comunicarse con servicios de emergencia solo en caso de daños reales.
El IGN mantiene un sistema de alerta temprana y difusión de información a través de su página web oficial y canales de redes sociales. Los ciudadanos pueden consultar en tiempo real los datos de cualquier sismo registrado en territorio nacional, incluyendo magnitud, profundidad y ubicación exacta del epicentro. Esta transparencia informativa ayuda a prevenir rumores y a mantener a la población debidamente informada.
Conclusiones y recomendaciones
El terremoto de magnitud 3,7 registrado en Melilla representa un evento sísmico de carácter leve sin consecuencias negativas para la población. Su ocurrencia sirve como recordatorio de la importancia de la preparación y el conocimiento sobre qué hacer ante este tipo de fenómenos naturales. La coordinación entre el IGN y las autoridades locales garantiza una respuesta rápida y eficiente, minimizando cualquier riesgo potencial.
Para los residentes de zonas sísmicamente activas, resulta recomendable mantener actualizados los planes de emergencia familiar y conocer los puntos de encuentro establecidos por los servicios de protección civil. La información oficial, contrastada y científica es la mejor herramienta para enfrentar con serenidad la actividad tectónica que, como hemos visto, forma parte de la realidad geológica del sur de España.
Los ciudadanos interesados en seguir la evolución de la actividad sísmica pueden suscribirse a los canales oficiales del IGN o descargar aplicaciones móviles que ofrecen alertas personalizadas basadas en la ubicación geográfica. El conocimiento y la preparación son, sin duda, las mejores aliadas ante cualquier eventualidad de origen natural.