El Deportivo Guadalajara logró una victoria fundamental en su estadio Pedro Escartín al imponerse por la mínima al Atlético Osasuna B en un encuentro que se decidió en los primeros compases del partido. El tanto tempranero de David Amigo en el minuto cinco resultó decisivo para un conjunto morado que necesitaba urgentemente sumar de tres en tres para escapar de los puestos de descenso.
Desde el pitido inicial, el Guadalajara salió con una actitud decidida a por el partido. La presión alta y el juego combinativo de los locales fructificaron rápidamente cuando una jugada coral de gran factura acabó con el balón en los pies de Amigo, quien no dudó en ejecutar un disparo preciso que batió al meta visitante. Este gol tempranero sentó las bases de un encuentro que, sobre el papel, prometía ser un duelo directo por la permanencia.
La importancia de este triunfo trasciende lo meramente puntual. El conjunto dirigido por su técnico consigue oxigenarse en la tabla clasificatoria del Grupo I de Primera RFEF, aunque continúa ocupando la plaza que marca el descenso. Con 17 puntos en su casillero, los alcarreños empatan exactamente con su rival de este domingo, lo que convierte este duelo directo en un auténtico punto de inflexión emocional para la plantilla y la afición.
El desarrollo del encuentro reflejó dos caras bien diferenciadas. En la primera mitad, el Guadalajara controló con solvencia los tiempos del juego, administrando su ventaja con criterio y sin conceder ocasiones claras a un Osasuna B que pareció sorprendido por el ímpetu local. La posesión y el orden táctico fueron las señas de identidad de un equipo que sabía lo que se jugaba.
Sin embargo, la segunda parte dibujó un guion completamente distinto. El filial rojillo salió con otra actitud, intensificando su presión y buscando con insistencia la portería defendida por Zarco. Los visitantes crearon varias aproximaciones peligrosas y estuvieron a punto de conseguir el empate en múltiples ocasiones. La defensa alcarreña, no obstante, mostró una solidez admirable bajo los palos, despejando balones y manteniendo la calma en los momentos de mayor tensión.
La polémica llegó en el minuto 79, cuando el árbitro García Gómez, perteneciente al Comité Extremeño, mostró la tarjeta roja al guardameta local Zarco por una acción dentro del área que los navarros consideraron claro penalti. El estadio entero vivió unos segundos de incertidumbre hasta que el VAR intervino para corregir la decisión, anulando tanto la expulsión como la posible pena máxima. Esta resolución tecnológica resultó clave para mantener la igualdad numérica y el resultado favorable a los intereses del Guadalajara.
El contexto de esta victoria cobra aún más relevancia si se analiza la semana que ha vivido el club. El pasado martes, el Deportivo Guadalajara consumó una proeza memorable en la Copa del Rey al superar al Ceuta y clasificarse para la tercera eliminatoria del torneo del KO. Este doblete de éxitos en competición liguera y copera ha inyectado una dosis de moral extraordinaria en el vestuario, demostrando que el equipo es capaz de competir en dos frentes simultáneos.
La plantilla ha demostrado una resiliencia notable en las últimas semanas. Los jugadores han asumido la presión de los malos resultados anteriores y han respondido con dos victorias consecutivas que cambian por completo el panorama. La confianza recuperada es palpable en cada una de las declaraciones del cuerpo técnico y se refleja en la entrega sobre el césped.
Desde el punto de vista táctico, el técnico alcarreño planteó un sistema que buscaba aprovechar las bandas y la velocidad de sus extremos. La entrada de jugadores como Pablo Rojo en el minuto 73 aportó frescura al ataque, mientras que la salida de Neskes en el minuto 60 por Pablo Muñoz buscaba reforzar el centro del campo ante la avalancha visitante. Los cambios demostraron ser acertados para administrar el resultado.
Por su parte, Osasuna B no bajó los brazos en ningún momento. El entrenador visitante movió el banquillo con la entrada de Lumbreras, Ansó, Santos, Arroyo y Arrasate, buscando alternativas para desequilibrar un encuentro que se le escapaba. La lucha y entrega de sus futbolistas fue evidente, pero les faltó precisión en el último pase y acierto de cara a puerta.
La ficha técnica del encuentro refleja un partido equilibrado en cuanto a disciplina. El árbitro amonestó con tarjeta amarilla al local Toño Calvo, mientras que por parte visitante vieron la cartulina amarilla Auría, Jiménez, Arroyo y Yoldi. La única ausencia en el capítulo de goles fue el tempranero tanto de David Amigo, que decidió el choque.
La asistencia de 2.346 espectadores en el estadio Pedro Escartín demuestra el apoyo incondicional de la afición en momentos complicados. Los seguidores del Guadalajara respondieron a la cita con el equipo, creando un ambiente propicio para que los jugadores rindan a su máximo nivel. Este respaldo resulta fundamental en la lucha por la permanencia.
La mirada ya está puesta en el próximo compromiso liguero. El domingo, el Deportivo Guadalajara visitará el campo del Real Madrid Castilla en un duelo que se prevé de máxima exigencia. Los blancos son uno de los gallitos de la categoría y medirán el verdadero potencial del equipo alcarreño. Este desplazamiento a la capital será un examen de madurez para una plantilla que quiere consolidar su buena dinámica.
La clasificación sigue siendo un quebradero de cabeza para el club. A pesar de esta victoria, la zona de descenso permanece demasiado cerca y cada punto resulta vital. La igualdad en la parte baja de la tabla es máxima y cualquier tropiezo puede resultar catastrófico. La regularidad será la clave en las próximas jornadas para lograr el objetivo de la salvación.
El rendimiento de David Amigo resulta destacable. El autor del gol ha demostrado ser un referente ofensivo para el equipo en momentos de necesidad. Su capacidad de definición y movimiento sin balón son cualidades que el técnico sabe explotar para crear peligro en las áreas contrarias. La confianza depositada en el delantero está dando sus frutos.
La defensa, por su parte, ha mostrado una mejoría sustancial. La línea de cuatro formada por Nacho Mayo, Ablanque, Gallardo y Julio Martínez ha conseguido mantener la portería a cero ante un rival directo. La comunicación entre los centrales y los laterales ha sido clave para neutralizar las acometidas del ataque navarro.
El centro del campo, con la presencia de jugadores como Tavares y Toño Calvo, ha cumplido su función de conectar líneas y recuperar balones en zonas peligrosas. La salida de Neskes en el minuto 60 no mermó la capacidad de control del equipo, gracias a la entrada de Pablo Muñoz, quien aportó energía y despliegue físico en la medular.
El VAR ha vuelto a demostrar su utilidad en la Primera RFEF. La tecnología, que ya se ha implementado en esta categoría, ha evitado una posible injusticia que podría haber condicionado el resultado final. La correcta aplicación del protocolo ha sido decisiva para mantener la integridad del encuentro.
El calendario no da tregua al Guadalajara. La competición exige máxima concentración en cada partido, sin distinción entre rivales directos o equipos de la parte alta. La plantilla debe mantener los pies en el suelo y asumir cada encuentro como una final, conscientes de que la permanencia pasa por sumar puntos ante cualquier adversario.
El cuerpo técnico ha conseguido transmitir la idea de juego de forma efectiva. Los jugadores entienden perfectamente lo que se les pide en cada momento y ejecutan las consignas con precisión. Este trabajo en la sombra es fundamental para que el equipo compita al máximo nivel en cada jornada.
La moral del vestuario está por las nubes. Dos victorias consecutivas en competiciones diferentes han cambiado el chip de una plantilla que necesitaba un revulsivo emocional. La confianza recuperada se traduce en una mayor libertad de movimientos y una mayor capacidad de respuesta ante las adversidades del partido.
La afición puede soñar con una remontada en la tabla. Aunque la situación sigue siendo delicada, los últimos resultados invitan al optimismo moderado. El equipo ha demostrado que tiene recursos para salir de la zona de peligro y que la calidad de su plantilla supera la posición actual en la clasificación.
El próximo desafío en Copa del Rey también genera ilusión. La tercera eliminatoria representa una oportunidad única de seguir haciendo historia en una competición en la que el Guadalajara está demostrando un nivel excelente. La ilusión copera puede ser el complemento perfecto para una liga que exige máxima exigencia.
En definitiva, el Deportivo Guadalajara ha dado un paso importante en su objetivo de permanencia. La victoria ante Osasuna B, aunque sufrida, demuestra la capacidad de sufrimiento y competitividad de una plantilla que no se rinde. El camino es largo, pero los alcarreños han demostrado que tienen la garra necesaria para lograr la salvación.