La televisión pública española sigue apostando por contenidos que conectan con la vida real, y en esta ocasión, el foco está en uno de los temas más universales y complejos: la crianza. Este fin de semana, Gemma Nierga estrena en La 2 el programa ‘Se hace lo que se puede’, un espacio que aborda con honestidad y profundidad los retos de educar en el siglo XXI.
Con emisión los sábados y domingos a las 18:10 horas, el formato combina entrevistas con figuras públicas, aportes de especialistas y la voz directa de los niños y niñas. El objetivo no es dar recetas mágicas, sino crear un espacio de reflexión, donde los padres y madres —famosos o no— puedan reconocerse, aprender y sentirse acompañados en su día a día.
Gemma Nierga, conocida por su capacidad de escucha y empatía, guía cada episodio con una mirada cálida y sin juicios. En esta primera temporada, conversa con una amplia lista de personalidades que, más allá de sus profesiones, comparten la experiencia común de ser padres. Entre ellos, destacan Lorena Castell, Melanie Olivares, Alba Carrillo, Alberto San Juan, Juanma Castaño, Elena Furiase, Anabel Alonso, Edu Soto, Tania Llasera, Jorge Garbajosa, Juan Gómez-Jurado, Julia Varela, Vanesa Lorenzo, El Langui, Pol Espargaró y Pedro García Aguado.
Cada uno de ellos se abre con sinceridad, compartiendo tanto sus aciertos como sus errores. Hablan de los límites que cuestan imponer, de los miedos que les acechan, de los roles que se han impuesto o que les han impuesto, y de cómo las pantallas han cambiado la dinámica familiar. Pero también reflexionan sobre su propia infancia, lo que aprendieron —o no— de sus padres, y cómo eso influye en su manera de educar hoy.
El programa no se queda solo en las experiencias personales. Cuenta con el respaldo de expertos en psicología, pedagogía y desarrollo infantil, como el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, la consultora de crianza Míriam Tirado, la psiquiatra María Velasco, el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, el psicólogo Alberto Soler y la sexóloga Elena Crespi. Estos profesionales aportan marcos teóricos y estrategias prácticas que ayudan a entender mejor lo que ocurre en las familias modernas.
Además, el programa incluye testimonios de personas anónimas, cuyas historias reflejan realidades cotidianas que muchas familias viven en silencio. También da voz a los protagonistas más pequeños: los niños y niñas, quienes ofrecen una perspectiva fresca, directa y a veces sorprendente sobre cómo perciben a sus padres, sus reglas y su entorno.
En el primer episodio, Gemma Nierga se reúne con Elena Furiase y Jorge Garbajosa en un entorno inusual: un acuario. Elena confiesa que le cuesta establecer límites con sus hijos, Nala y Noah, mientras que Jorge habla de su intención de no repetir los rigurosos límites que él mismo se impuso para alcanzar el éxito deportivo. Ambos muestran una vulnerabilidad que invita a la reflexión.
También aparece Saúl Rodríguez, un joven gimnasta rítmico de solo 12 años que ha logrado el campeonato nacional gracias a una disciplina estricta. Su historia plantea preguntas sobre el equilibrio entre exigencia y bienestar emocional. Por otro lado, Julieta, una madre que reconoce haber sobreprotegido a sus hijos, comparte su arrepentimiento y su proceso de aprendizaje. Y cierra el episodio Montse Freixa, una maestra jubilada que denuncia uno de los grandes males de la educación actual: educar con prisas.
Los ocho temas centrales de la temporada —límites, vínculo, miedos, roles, comunicación, hermanos, pantallas y bienestar emocional— están cuidadosamente seleccionados para abordar los aspectos más relevantes de la crianza contemporánea. Cada capítulo profundiza en uno de ellos, combinando testimonios, análisis y consejos prácticos.
Dirigido por Quique Quera, el programa se distingue por su tono cercano, su ritmo pausado y su enfoque humano. No busca juzgar, sino comprender. No ofrece soluciones definitivas, sino herramientas para pensar, sentir y actuar con más consciencia.
En un mundo donde la presión por ser padres perfectos es cada vez mayor, ‘Se hace lo que se puede’ llega como un respiro. Un espacio donde se reconoce que no hay una única forma de criar, que los errores forman parte del proceso y que, en el fondo, todos estamos aprendiendo. Como bien dice el título: se hace lo que se puede. Y eso, en muchos casos, es más que suficiente.