La casa de Gran Hermano 20 en Tres Cantos ha vivido una semana de giros inesperados, donde las decisiones de los concursantes han reconfigurado por completo el panorama de nominaciones. Tras la expulsión no oficial de Aroa —una de las participantes más polémicas de la edición—, el programa entró en una nueva fase marcada por la elección de los nuevos habitantes de la pajarera, una zona aislada que otorga inmunidad a cambio de un disfraz y una convivencia apartada del resto.
La dinámica comenzó con el fin del reto de Íñigo y Edurne como pájaros de la semana, quienes, al cumplir su misión, recuperaron su estatus de inmunes. Esto abrió la puerta a que otros concursantes se postulasen para ocupar las dos plazas vacantes. En un gesto sorprendente, Patricia fue la primera en levantarse, seguida de cerca por Paula, quien también decidió arriesgarse por la inmunidad. Ante la falta de voluntarios entre el resto, ambas se convirtieron en las nuevas pájaras, obligadas a vestir disfraces de guacamayo y gallina y a vivir en la zona más apartada de la casa.
Esta decisión tuvo un impacto inmediato en las estrategias de nominación. Los concursantes, divididos en parejas, tuvieron que reunirse en el confesionario para elegir a los nominados de la semana. En un proceso íntimo y cargado de tensión, Belén, Mamadou y Diego fueron los que acumularon más votos y, por tanto, quedaron en la lista de expulsión. Sin embargo, el verdadero revuelo llegó con el poder de última hora otorgado por el Oasis.
Desde el Oasis, un grupo de concursantes —entre ellos Rocío, Cristian, Sofía y Noah— tuvo la oportunidad de intervenir en la lista final. En un movimiento estratégico, decidieron utilizar su privilegio para intercambiar a Mamadou por José Manuel, un cambio que aún no ha sido revelado a los habitantes de la casa. Este giro inesperado ha dejado a Belén, Diego y José Manuel como los nominados oficiales de la semana, aunque la verdadera lista no se conocerá hasta el domingo.
La tensión en la casa es palpable. Los concursantes se preparan para una nueva expulsión, pero también para descubrir qué ocurrirá con las tres plazas vacantes que quedaron tras la salida de los participantes del Oasis. El equipo de Telecinco aún no ha aclarado si estos puestos serán ocupados por nuevos concursantes o si se mantendrán vacíos, lo que añade un elemento de incertidumbre a la edición.
La elección de Patricia y Paula como pájaras ha sido una de las decisiones más controvertidas de la semana. Mientras algunas voces en la casa las critican por buscar la inmunidad, otras reconocen que su estrategia ha sido inteligente, especialmente en un momento en el que las alianzas se están reconfigurando. La convivencia en la pajarera, aunque aislada, les permite observar desde la distancia cómo se desarrollan las dinámicas del resto de la casa, lo que podría convertirse en una ventaja estratégica a largo plazo.
En resumen, la semana ha estado marcada por decisiones arriesgadas, alianzas inesperadas y cambios de última hora que han mantenido a los espectadores en vilo. La expulsión de Aroa ha abierto una nueva etapa en Gran Hermano 20, donde la estrategia y la adaptabilidad serán clave para sobrevivir. El próximo domingo, los espectadores decidirán quién se queda y quién se va, pero hasta entonces, la casa seguirá vibrando con las consecuencias de las nuevas pájaras y su impacto en el juego.