La plataforma Movistar Plus+ acaba de incorporar a su catálogo uno de los estrenos más esperados del año en el ámbito musical español. Se trata del documental 'Hasta que me quede sin voz', una producción que sumerge al espectador en la vida más íntima del reconocido artista madrileño Leiva. A lo largo de más de dos horas de metraje, el cantante desgrana los momentos más determinantes de su trayectoria, desde sus humildes comienzos hasta su consolidación como uno de los referentes indiscutibles de la música nacional de las últimas dos décadas.
El título no es una mera licencia poética. La obra audiovisual gira en torno a un problema de salud que el músico arrastra desde hace tiempo y que amenaza su futuro profesional: una afección irreversible en sus cuerdas vocales que limita su capacidad interpretativa. "Tengo una cuerda vocal casi parada que se va atrofiando y haciendo más fina. Ahora mismo es un hilito", confesaba el artista en una entrevista publicada por este medio el pasado mes de marzo. Esta declaración, lejos de ser un simple titular, configura el eje emocional sobre el que se articula todo el relato.
La cámara acompaña a Leiva desde septiembre de 2023, captando su día a día en ciudades como Nueva York, donde el músico compagina la grabación de su nuevo disco 'Gigante' —cuyo proceso de creación se extiende entre 2024 y 2025— con la extenuante gira mundial que le ha llevado a los escenarios más prestigiosos del planeta. Es precisamente esta dualidad entre la vorágine del éxito y la fragilidad física la que convierte al documental en un testimonio tan poderoso como necesario.
A diferencia de otros trabajos biográficos, 'Hasta que me quede sin voz' prescinde de testimonios externos, recreaciones dramatizadas o el clásico formato de entrevistas a terceros. Aquí, la voz única y exclusiva es la del propio protagonista. Leiva se enfrenta a la cámara con una honestidad desarmadora, sin filtros ni artificios, ofreciendo un acceso inédito a su universo más personal. El resultado es un retrato crudo y auténtico de un creador en la cúspide de su carrera artística, pero confrontado a la mayor de las incertidumbres: la posibilidad de perder la herramienta que le define como artista.
La película no se limita al presente inmediato. Con una estructura narrativa que fluye de forma orgánica, el documental revisita los episodios fundamentales que han forjado la identidad del músico. Desde su infancia en el barrio madrileño de Alameda de Osuna, pasando por los primeros compases con su grupo de amigos, hasta la explosión de Pereza, la mítica formación que catapultó su nombre a la fama a principios de los 2000. La disolución de la banda y su posterior reencuentro con Rubén Pozo, compañero inseparable durante aquella etapa, también tienen su espacio en este mosaico vital.
Uno de los momentos más emotivos del metraje es la aparición de Joaquín Sabina, quien ejerce de mentor y figura paterna en la vida de Leiva. La relación entre ambos, construida sobre el respeto mutuo y una complicidad artística inquebrantable, se muestra en su estado más puro. El veterano cantautor leonés aporta su particular visión sobre la vocación, el sacrificio y el oficio de vivir de la música, convirtiéndose en un contrapunto generacional fascinante dentro del relato.
El documental también funciona como un ejercicio de memoria colectiva para aquellos que han seguido la trayectoria de Leiva desde sus inicios. La música española contemporánea no se entendería sin su figura, no solo como intérprete, sino como compositor, productor y multiinstrumentista. Con más de 250 canciones firmadas, una docena de álbumes de estudio y una colección de premios que incluye tres discos de platino doble, seis de platino y dos de oro, su legado ya está asegurado. A ello se suman dos premios Goya por mejor canción original, un reconocimiento que trasciende el ámbito estrictamente musical para adentrase en el cinematográfico.
La estrategia de Movistar Plus+ con este estreno refuerza su compromiso con el contenido de calidad a un precio competitivo. Por solo 9,99 euros mensuales, la plataforma ofrece acceso a una biblioteca en constante expansión donde producciones como esta conviven con series internacionales, deporte en directo y cine de estreno. El documental de Leiva se suma así a una lista de éxitos propios que han definido el año de la plataforma, consolidándola como una alternativa seria en el competitivo mercado del streaming.
El pasado junio, Leiva culminó una de las experiencias más gratificantes de su carrera: dos noches consecutivas ante 17.000 personas en el WiZink Center de Madrid. Ese momento, que podría haber sido el colofón perfecto a una trayectoria impecable, adquiere ahora un matiz diferente cuando se contempla a través del prisma del documental. Cada nota cantada, cada interacción con el público, cada segundo sobre el escenario adquiere una intensidad dramática nueva cuando se sabe lo que está en juego.
La dirección del filme, ligera y cercana, permite que sea el propio artista quien guíe al espectador por los laberintos de su conciencia. No hay lugar para el sensacionalismo barato ni para el victimismo. Leiva asume su condición con una dignidad que resulta inspiradora, mostrando que la verdadera grandeza no reside solo en los éxitos, sino en la capacidad de afrontar la adversidad con la cabeza alta y la creatividad intacta.
Para los seguidores de Pereza, este documental supone un cierre emocional necesario. Para los admiradores de su carrera en solitario, una confirmación de su estatus como artista completo. Y para el gran público, una oportunidad única de adentrarse en el alma de un creador que ha sabido mantenerse fiel a sí mismo en una industria que premia lo efímero. 'Hasta que me quede sin voz' no es solo el título de un documental; es una declaración de principios, un mantra de resistencia artística y una lección de humanidad en estado puro.
La producción, además de su valor documental, se erige como un testimonio histórico de una generación musical que transformó el panorama sonoro del país. Aquellos que crecieron escuchando 'Pirata' o 'Princesas' encontrarán en estas imágenes la confirmación de que detrás de los hits había una historia real, con sus luces y sus sombras, pero sobre todo con una pasión inextinguible por la música. Y es que, al final, esa es la verdadera enseñanza del filme: que la voz puede fallar, pero el espíritu creativo, una vez encontrado, es inmortal.