La actriz y presentadora Ana Obregón ha salido al paso del explosivo reportaje publicado por The New York Times que vinculaba sentimentalmente con el magnate Jeffrey Epstein, condenado por tráfico sexual de menores. En una entrevista en el programa "Y ahora Sonsoles", donde colabora habitualmente, Obregón ha ofrecido su versión de los hechos, matizando la naturaleza de su relación y expresando un profundo arrepentimiento por la amistad que mantuvieron a principios de los ochenta.
Según la investigación del prestigioso diario estadounidense, el encuentro entre ambos se produjo en 1982 en Nueva York, cuando la actriz contaba con 27 años y mantenía una relación con el cantante Miguel Bosé. El punto de partida fue un amigo común que les presentó en la ciudad que nunca duerme, donde Obregón residía entonces intentando abrirse camino en el mundo de la interpretación.
La versión de Obregón difiere en matices importantes del relato periodístico. Mientras el NYT habla de citas románticas, ella insiste en que fue una amistad pura, aunque admite que Epstein intentó insistentemente convertirla en algo más. "El primer encuentro a solas fue mundano, una invitación a desayunar", ha explicado la actriz, aunque rápidamente añadió un detalle que revelaba el estatus del futuro financiero: "No me recogió como a cualquiera. Me mandó al chófer y su Rolls para llevarme al Actors Studio".
A partir de aquel desayunar en el mítico estudio de interpretación, la frecuencia de sus encuentros se intensificó de forma exponencial. "Poco a poco empezamos a vernos todos los días", ha reconocido Obregón, que sitúa el periodo de su amistad en dos años y medio. Durante ese tiempo, el magnate que años después sería condenado por explotación sexual de menores se mostró, según su testimonio, como "la persona más hermosa del mundo".
Uno de los episodios más sorprendentes que ha desvelado Obregón es su intento de emparejar a Epstein con su propia hermana. "Llamé a mi hermana Amalia y le dije: 'Veníos para acá que te voy a presentar a un chico porque tienes que conocerlo'". La actriz confesó que "parecía que iba a saltar la chispa, pero no saltó", desvinculando así cualquier componente romántico personal con el financiero.
El tono de la entrevista cambió radicalmente cuando abordó el presente y los crímenes por los que Epstein fue arrestado. Con visible incomodidad, Obregón afirmó: "Me repugna haber sido su amiga, me hierve la sangre", refiriéndose directamente a la red de tráfico sexual de menores que el magnate operó durante décadas. Esta declaración contrasta fuertemente con las descripciones elogiosas que la actriz hizo de él en sus memorias, donde lo calificaba como "el hombre perfecto del que nunca me enamoré" o "mi ángel de la guarda en Nueva York".
La actriz también ha intentado justificar su proximidad a Epstein en aquella época, argumentando su situación personal. "Por supuesto que le cogí un cariño enorme, ¿cómo no le voy a coger cariño estando sola en Nueva York?", se ha defendido. Sin embargo, aquí surge una contradicción notable en su relato: inicialmente afirma que tenía 27 años cuando le conoció, pero luego menciona que tenía "21 años y estudiando para conseguir mi sueño de ser actriz". Esta inconsistencia temporal no ha pasado desapercibida en las redes sociales, donde los usuarios han cuestionado la veracidad de su testimonio.
Obregón también ha aportado su propia perspectiva sobre la acusación de pederastia. "Recuerdo que intentó besarme, pero con 27 años que tenía, ¿cómo iba a hacer de pederasta?", ha argumentado, como si el hecho de que ella fuera mayor de edad en aquel momento invalidara las acusaciones de abuso a menores que pesaban sobre él.
El momento de la revelación sobre la verdadera naturaleza de Epstein llegó años después, cuando su hijo comenzó sus estudios universitarios en Estados Unidos. "Cuando mi hijo empezó a estudiar con una beca en EEUU, me fui a Miami por si pasaba algo y cuando pongo la tele veo la serie de un depredador sexual que me dio mucho asco. Al final puso: caso de Jeffrey Epstein", ha narrado. La actriz confesó que llamó a su hermana inmediatamente: "Mi hermana estaba flipando".
Otro detalle que Obregón ha compartido es la constante atención que recibía Epstein por parte de numerosas mujeres. "Él tenía miles de chicas que le acosaban, de llamarle. Yo un día abrí la puerta y aparecieron tres rubias de metro setenta y siete", ha comentado, intentando así desvincularse de cualquier relación exclusiva o privilegiada con el magnate.
El testimonio de Ana Obregón ha generado una intensa polémica en España, dividiendo opiniones entre quienes la creen víctima de una manipulación por parte de Epstein y quienes critican sus contradicciones y el hecho de haber intentado presentárselo a su hermana. La actriz, de 68 años, se ha mostrado visiblemente afectada por tener que relatar esta parte de su pasado, especialmente por las implicaciones que conlleva haber estado cerca de una de las figuras más oscuras de las últimas décadas.
La investigación de The New York Times no solo cuestiona la naturaleza de su relación, sino que también sugiere que la familia de Obregón pudo haber contribuido al enriquecimiento de Epstein, un extremo que la actriz no ha abordado directamente en su intervención televisiva. Este silencio selectivo ha alimentado aún más las especulaciones sobre el grado de involucración real entre ambas partes.