El pasado jueves, la intérprete británica Kim Cattrall sorprendía al mundo del espectáculo con la noticia de su cuarta boda, una celebración tan discreta como elegante en el corazón de Londres. A sus 69 años, la actriz que dio vida al icónico personaje de Samantha Jones en la serie Sexo en Nueva York ha decidido volver a apostar por el matrimonio con Russell Thomas, un ingeniero de audio de 55 años con quien mantiene una relación desde 2016.
La ceremonia, celebrada en el Ayuntamiento de Chelsea, distó mucho de los fastos hollywoodienses a los que nos tiene acostumbrados el mundo del cine y la televisión. Con apenas una docena de invitados, la pareja optó por una celebración íntima que priorizaba la cercanía de familiares y amigos de confianza sobre la pompa y el boato. Esta decisión refleja la madurez y la serenidad con la que Cattrall afronta esta nueva etapa sentimental.
Una estilista de confianza para un día especial
Para tan significativa ocasión, la actriz no quiso dejar nada al azar. Su elección recayó en un conjunto de la maison Dior compuesto por una delicada falda de tul y una sofisticada americana, complementado con guantes de la prestigiosa casa Cornelia James. El toque final lo puso un exclusivo sombrero diseñado a medida por Philip Treacy, uno de los sombrereros más reconocidos del mundo de la alta costura británica.
El estilismo nupcial corrió a cargo de Patricia Field, nombre indisolublemente ligado al éxito de la moda en Sexo en Nueva York. Field, que ha sido amiga y colaboradora de Cattrall durante décadas, fue la artífice del vestuario que convirtió a Samantha Jones en un ícono de la moda y la liberación femenina. Su presencia en este día tan especial simboliza la lealtad y las profundas raíces profesionales y personales de la actriz.
Una historia de amor moderna que nació en la BBC
La forma en que Cattrall y Thomas iniciaron su relación bien podría formar parte de una comedia romántica contemporánea. Todo comenzó en 2016 cuando la actriz acudió como invitada al programa Woman's Hour de la BBC, donde Thomas trabajaba como ingeniero de audio. La conexión entre ambos fue inmediata, pero fue Thomas quien tomó la iniciativa de contactar con ella a través de mensajes directos en la red social X (antes Twitter).
Durante los nueve años de noviazgo, la pareja ha mantenido un perfil bajo, lejos de los focos mediáticos. En las escasas ocasiones en que Cattrall ha hablado públicamente de su pareja, sus palabras han sido siempre de admiración y cariño. Ha destacado su sentido del humor increíble, lo divertido que es, lo cómoda que se siente a su lado y, cómo no, su atractivo físico, definiéndolo como "muy guapo".
Cuatro matrimonios, cuatro lecciones de vida
Este enlace representa el cuarto matrimonio para la actriz, una trayectoria sentimental que refleja tanto su búsqueda de la felicidad personal como la evolución de una mujer que ha aprendido de cada experiencia. Su primer matrimonio fue en 1977 con el escritor y guionista canadiense Larry Davis, una unión que duró apenas dos años. En 1982 contrajo nupcias con el arquitecto Andre J. Lyon, relación que se prolongó hasta 1989.
Su tercer matrimonio, con el ingeniero musical Mark Levinson (1998-2004), terminó por motivos que Cattrall no dudó en atribuir a su apasionada dedicación profesional. La actriz confesó en varias entrevistas que la razón de su divorcio fue que pasaba más tiempo en el set de grabación de Sexo en Nueva York que con su marido, un testimonio sincero sobre los sacrificios que exige una carrera en la industria del entretenimiento.
Activismo y visibilidad en la menopausia
La boda de Cattrall llega en un momento en que la actriz ha asumido un papel de liderazgo en la visibilización de la menopausia. Precisamente, este es uno de los temas que más le apasiona actualmente y sobre los que ha decidido usar su voz pública para generar conciencia. Su colaboración con la empresa de salud femenina Natural Cycles demuestra su compromiso con la educación y el apoyo a las mujeres en esta etapa de la vida.
En declaraciones recientes, Cattrall ha sido muy abierta sobre sus propias dificultades durante la perimenopausia, describiéndola como "muy desafiante". La actriz reveló que el insomnio fue uno de sus síntomas más incapacitantes, llegando a dormir tan solo tres horas por noche. "Era muy difícil funcionar con solo tres horas de sueño", admitió, y compartió cómo acudió a su madre en busca de consejo, encontrando en su mirada una falta de información y recursos que caracterizó a la generación anterior.
"Estoy a favor de cualquier cosa que dé a las mujeres la esperanza de comprenderse a sí mismas", afirmó Cattrall, convirtiéndose en una defensora de la salud femenina en una etapa que históricamente ha estado rodeada de silencio y tabúes.
Un nuevo capítulo lejos de Samantha Jones
Resulta inevitable establecer el contraste entre la actriz y su famoso personaje. Mientras Samantha Jones representaba la independencia sexual y el rechazo a las convenciones tradicionales, Cattrall ha demostrado en su vida personal una evolución hacia la estabilidad emocional y el compromiso. Sin embargo, ambas comparten una cualidad esencial: la autenticidad.
A sus 69 años, Kim Cattrall no solo ha encontrado el amor, sino que también ha encontrado su voz como activista y referente para mujeres de su generación. Su cuarta boda no es solo una celebración de amor, sino una declaración de que la felicidad no tiene edad y que cada etapa de la vida puede traer consigo nuevas oportunidades de crecimiento personal y realización.
La ceremonia londinense, con sus 12 invitados, su estilo impecable y su atmósfera de intimidad, refleja perfectamente la madurez y la sabiduría de una mujer que ha vivido intensamente y que, lejos de conformarse, sigue abrazando la vida con la misma pasión que la llevó a convertirse en una de las actrices más queridas de su generación.