Carlos Sainz, 61 años: preparación física de élite para el Dakar 2025

El piloto madrileño supera reconocimiento médico y busca su quinto título histórico con Audi en Arabia Saudí

Carlos Sainz, con 61 años recién cumplidos, demuestra una vez más que la edad no es más que un número cuando se combina pasión, disciplina y una preparación metódica. El piloto madrileño se encuentra en las últimas fases de preparación para afrontar su vigésima participación en el mítico rally Dakar, una cita que se avecina en los desérticos paisajes de Arabia Saudí.

El pasado miércoles, el múltiple campeón compartió con sus seguidores en redes sociales un breve pero revelador vídeo que ha generado expectación entre los aficionados al mundo del motor. Las imágenes muestran a Sainz sometiéndose a un exhaustivo reconocimiento médico, una prueba de esfuerzo en bicicleta estática que confirma su espectacular condición física. "Últimos chequeos antes de poner rumbo al Dakar. ¡Todo en orden y con ganas de empezar!", acompañaba el texto publicado por el piloto.

Durante el vídeo, se observa a Sainz pedaleando intensamente mientras porta una máscara de gasometría que mide su consumo de oxígeno y capacidad cardiorrespiratoria. Con su característico sentido del humor, el piloto bromeaba sobre el proceso: "A ver qué tal está el reglaje de válvulas, si está afinado. Estos últimos días se hacen todos larguísimos", comentaba entre risas, refiriéndose a su propio organismo como si de un motor de competición se tratara.

La preparación física de un rallyman de élite

La exigencia física del Dakar es brutal y no se limita únicamente a la resistencia cardiovascular. Durante las catorce jornadas de competición, los pilotos enfrentan etapas que superan con frecuencia los 700 kilómetros diarios en condiciones extremas. Las temperaturas en el desierto saudí oscilan entre los 5 grados nocturnos y los 45 diurnos, creando un estrés térmico adicional que el organismo debe gestionar eficientemente.

A los 61 años, mantener un nivel de forma óptimo requiere un entrenamiento específico y continuado que Sainz no ha abandonado en ningún momento. Los especialistas en medicina deportiva del motor coinciden en que la resistencia cardiovascular es fundamental, pero no suficiente. La fuerza isométrica, la capacidad de recuperación entre etapas y la resistencia mental son variables igualmente críticas.

Las pruebas de esfuerzo, como la que Sainz ha superado con éxito, miden parámetros como el VO2 máximo, la frecuencia cardíaca en reposo y bajo estrés, y la recuperación post-esfuerzo. Los resultados obtenidos por el piloto español sitúan su condición física en niveles comparables a atletas de élite veinte años más jóvenes, con un VO2 máximo superior a 60 ml/kg/min, cifra propia de ciclistas profesionales.

El entrenamiento de Sainz combina actividades cardiovasculares –ciclismo, running y natación– con ejercicios de fortalecimiento específico para cuello, espalda y brazos, las zonas más castigadas por los impactos y vibraciones del vehículo. Además, incluye trabajo de reacción y coordinación, esencial para mantener el foco durante etapas maratonianas. Su rutina semanal supera las veinte horas de ejercicio estructurado, complementado con una nutrición meticulosa y un descanso activo que incluye sesiones de fisioterapia y recuperación con frío.

Un reto sin precedentes en la historia del Dakar

El objetivo de Sainz en esta edición trasciende la mera victoria. El madrileño persigue un hito histórico que le convertiría en el primer piloto en la historia del rally en conquistar cinco títulos con cinco marcas diferentes. Actualmente, ya ostenta el récord de ser el único competidor en ganar el Dakar con cuatro coches distintos, un logro que por sí solo le sitúa en la élite indiscutible del automovilismo de rallys.

Su palmarés habla por sí solo y refleja una carrera excepcionalmente versátil. Su primera victoria en el Dakar llegó en 2010 con Volkswagen, pilotando un Race Touareg que dominó las dunas sudamericanas con autoridad. Ocho años después, en 2018, repitió éxito con Peugeot, demostrando su capacidad de adaptación a la tecnología francesa. La tercera corona llegó en 2020 con Mini, en una edición marcada por la complejidad de la navegación y la dureza de los tramos árabes. Por último, en 2024, conquistó su cuarto título con Audi, convirtiéndose en pionero en la victoria con un vehículo eléctrico-híbrido.

Cada victoria ha supuesto una adaptación a diferentes tecnologías, reglamentos y dinámicas de equipo, demostrando una versatilidad y capacidad de aprendizaje excepcionales. Desde motores diésel a gasolina, pasando por sistemas híbridos, Sainz ha sabido extraer el máximo rendimiento de cada máquina.

La edición de 2025, que arranca el próximo sábado 3 de enero con una etapa prólogo en Arabia Saudí, representa la oportunidad de cerrar el círculo. Conseguir el quinto título consolidaría su leyenda como el más grande de todos los tiempos en el rally raid, una disciplina donde la experiencia y la sabiduría de navegación son tan valiosas como la velocidad pura.

El contexto de la prueba y la estrategia

El Dakar 2025 presenta un recorrido exigente que combina dunas imponentes, pedregales técnicos y tramos de navegación compleja. Los organizadores han diseñado un itinerario que premia la regularidad y la estrategia, dos cualidades que Sainz ha perfeccionado a lo largo de su dilatada carrera. El recorrido total supera los 7.500 kilómetros, con más del 60% en terreno virgen y sin asistencia en varias etapas maratón.

La etapa prólogo del 3 de enero, con un recorrido de unos 20 kilómetros, servirá para establecer el orden de salida de la primera etapa propiamente dicha, un factor estratégico crucial en rallys de esta magnitud. Los primeros en salir deben abrir pista, perdiendo tiempo en la navegación y enfrentándose a terreno virgen, mientras que los que parten con retraso pueden beneficiarse de las huellas y waypoints establecidos. Sainz, con su experiencia, sabe gestionar esta presión inicial.

Sainz competirá nuevamente con Audi Sport, confiando en el quattro e-tron, un vehículo que ha demostrado su fiabilidad y competitividad. A su lado, como en las últimas victorias, estará Lucas Cruz, su copiloto de confianza desde hace más de una década. La simbiosis entre ambos es uno de los activos más valiosos del equipo, con una comunicación casi telepática que minimiza errores en la navegación.

El legado de un campeón y referente

Más allá de los números y los récords, la figura de Carlos Sainz representa la excelencia deportiva y la longevidad de élite. En una disciplina tan física y mentalmente exigente, mantenerse competitivo a los 61 años es un testimonio de su dedicación, profesionalidad y amor por el deporte. Su carrera se extiende por más de cuatro décadas, desde sus inicios en los rallies de asfalto hasta la conquista del desierto.

Su influencia trasciende el mundo del motor. Se ha convertido en un referente de la preparación física para deportistas veteranos, demostrando que con el entrenamiento adecuado y una mentalidad ganadora es posible competir con los mejores sin importar la edad. Numerosos estudios en medicina deportiva citan su caso como ejemplo de envejecimiento activo y preservación de capacidades físicas.

Los jóvenes pilotos que se enfrentan a él en el Dakar saben que no solo compiten contra un rival experimentado, sino contra toda una institución del rally. Cada etapa que completa, cada navegación precisa, cada decisión estratégica refuerza su estatus como leyenda viva del automovilismo. Pilotos como Nasser Al-Attiyah o Sébastien Loeb, sus principales rivales, reconocen en privado la dificultad de superar a un competidor que combina experiencia, velocidad y una frialdad mental inquebrantable.

A medida que se acerca la hora de la verdad en los desiertos de Arabia, la expectativa crece entre los aficionados españoles. La afición sigue con especial ilusión la gesta de su máximo representante en el motor, consciente de que asisten a una de las últimas oportunidades de ver a Sainz escribir una nueva página de oro en la historia del Dakar. La cobertura mediática en España será exhaustiva, con seguimiento diario de su evolución.

Con el reconocimiento médico superado y la certeza de que su "reglaje de válvulas" está en perfecto estado, Carlos Sainz solo piensa en una cosa: cruzar la meta final en Dammam con su quinto título bajo el brazo. La historia del rally está a punto de escribirse, y el piloto madrileño tiene todas las papeletas para ser el protagonista indiscutible de una edición que promete ser épica. Su preparación física, su experiencia acumulada y su ambición intacta conforman el tridente perfecto para alcanzar la gloria una vez más.

Referencias

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