El gigantesco árbol de Navidad de Nuria Roca que desató la polémica en El Hormiguero

La presentadora decoró su salón con un abeto de más de cuatro metros que ha generado debate entre los colaboradores del programa

La cuenta atrás para las fiestas navideñas ya ha comenzado y, con ella, la tradición de lucir los hogares con luces, adornos y el indispensable árbol de Navidad. En esta época, las celebridades no son ajenas a la costumbre y, al contrario, muchas comparten sus decoraciones en redes sociales, convirtiéndolas en tendencia. Este año, Nuria Roca ha sido el centro de atención por la espectacularidad de su ornamentación, especialmente por un abeto que ha despertado curiosidad y, por qué no, cierta controversia televisiva.

Hace apenas unos días, la comunicadora publicaba en su perfil de Instagram una serie de instantáneas y vídeos que mostraban el resultado final de su salón tras ser ambientado con el espíritu navideño. Lo que más llamó la atención de sus seguidores y, posteriormente, del público en general, fue la imponente presencia de un árbol de Navidad cuyas dimensiones resultan, cuanto menos, llamativas. Instalado en su residencia de Pozuelo de Alarcón, el abeto no pasó desapercibido para nadie.

El asunto cobró tal relevancia que el programa El Hormiguero decidió dedicarle un espacio en su emisión. El detonante fue la afirmación de Juan del Val, quien aseguraba que la altura del árbol superaba los cinco metros. Una cifra que, a priori, podría parecer una exageración, pero que merecía ser verificada. Ante esta declaración, Pablo Motos, conductor del espacio, no dudó en tomar cartas en el asunto con el característico humor que define el show.

"El otro día tuvimos un debate muy grande. Tu marido decía que medía al menos cinco metros y nosotros nos parecía una exageración muy loca, pero hemos enviado a nuestros peritos para verificarlo", explicaba Motos ante las cámaras. La producción del programa envió a un equipo a la casa de la presentadora con el objetivo de desentrañar el misterio y poner fin a la especulación. Las imágenes mostraban claramente el proceso de medición con una cinta métrica extendida desde la base hasta la punta más alta del abeto.

El resultado final de esta inspección reveló que el árbol de Nuria Roca mide 4 metros con 10 centímetros. Una cifra que, si bien no alcanza los cinco metros defendidos por Juan del Val, sigue siendo considerablemente superior a los abetos convencionales que suelen decorar la mayoría de los hogares. La propia Roca, con su característica ironía, reaccionó a la medición: "Creo que no está bien medido, pero de todas formas está más cerca de cuatro que de cinco metros. Con lo cual tenía yo razón, ¿o no?", señalaba la presentadora, dejando claro que, aunque la cifra oficial se acercaba más a su estimación, seguía considerando que las mediciones podrían no ser del todo precisas.

El debate no quedó ahí. Los colaboradores del programa no cesaron en sus bromas y comentarios sobre las descomunales proporciones del árbol. La situación llegó a tal punto que Tamara Falcó intervino para defender a su compañera. La marquesa de Griñón argumentó que, considerando las características arquitectónicas del espacio donde se ubica el abeto, las dimensiones no solo son justificables, sino prácticamente necesarias. "En ese espacio, con esa claraboya, ¿qué otro árbol habríais puesto?", cuestionaba Falcó, haciendo referencia al diseño específico del salón de la casa de Roca.

La réplica de Juan del Val no se hizo esperar: "Pues uno de un metro y medio, como todos los árboles. ¡Como todo el mundo!", sentenciaba el colaborador, representando la postura de quienes consideran que el tamaño del abeto es excesivo y poco convencional. Esta interacción entre los tertulianos evidenció la división de opiniones que genera el árbol, convirtiéndose en un momento de entretenimiento para la audiencia.

Más allá de las cifras y las polémicas televisivas, lo cierto es que Nuria Roca ha conseguido crear un ambiente navideño único y personalizado. La presentadora ha confesado que la decoración de su árbol incluye ornamentos y recuerdos de todos los viajes que ha realizado a lo largo de los años. Cada adorno cuenta una historia, cada elemento tiene un significado especial, lo que convierte el abeto no solo en un objeto decorativo, sino en un árbol de memoria y experiencias vividas.

La residencia de Pozuelo de Alarcón, con su claraboya que permite una altura adicional, parece haber sido diseñada para albergar este tipo de instalaciones espectaculares. La combinación del espacio arquitectónico con la ornamentación navideña crea un efecto visual impactante que, sin duda, justifica la elección de un árbol de tales características. No es meramente una cuestión de ostentación, sino de proporción y armonía con el entorno.

El fenómeno de las casas de famosos durante las fiestas siempre genera expectación. Los seguidores buscan inspiración, curiosidad y, en ocasiones, un punto de comparación con sus propias tradiciones. En este caso, el árbol de Nuria Roca ha superado con creces el mero interés estético para convertirse en un tema de conversación nacional, demostrando el poder que tienen las redes sociales y la televisión para amplificar incluso los detalles más domésticos de la vida de los personajes públicos.

La polémica, lejos de ser negativa, ha aportado un toque de humor a la previa navideña y ha humanizado a la presentadora, mostrándola como alguien que, como cualquier otra persona, decora su casa para estas fechas, aunque con las particularidades que conlleva su estatus y su vivienda. El debate sobre si cuatro metros es demasiado o no queda en un segundo plano ante la capacidad de generar contenido que conecte con la audiencia y que refleje la magia de la Navidad desde una perspectiva diferente.

Finalmente, más allá de las cifras exactas y de las opiniones de los colaboradores, lo que realmente importa es el significado que cada familia le da a su decoración. Para Nuria Roca, su árbol gigante es un testimonio de sus viajes, de su historia personal y de su forma de entender estas fiestas. Un gesto que, aunque pueda parecer excesivo para algunos, representa la esencia de la Navidad: celebrar lo que nos hace únicos y compartirlo con quienes apreciamos, ya sea en el ámbito privado o, como ha ocurrido, ante millones de espectadores.

Referencias

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