La cobertura del Sorteo de la Lotería de Navidad 2025 en la Cadena SER ha dejado momentos memorables, pero uno de los más destacados ha sido el protagonizado por los presentadores Àngels Barceló y José Luis Sastre. Durante la retransmisión especial desde el Teatro Real, una situación cotidiana se convirtió en un intercambio cómico que ha dado mucho que hablar entre los oyentes y seguidores de la emisora.
Después de varias horas de emisión ininterrumpida, que se sumaban a la intensa jornada del domingo anterior con las elecciones en Extremadura, el equipo de la SER mantenía el ritmo con la ilusión de poder celebrar algún premio en directo. Tanto Barceló como Sastre coincidieron en que aún quedaban números por cantar y que la posibilidad de vivir un momento de alegría compartida seguía intacta. Fue entonces cuando la presentadora decidió aprovechar un instante de calma para revisar sus décimos.
El momento de la verdad llegó cuando Barceló sacó a la luz un décimo adquirido en la administración La Fallera de Valencia. Con naturalidad, comentó en antena que ninguno de sus números había resultado premiado, pero mencionó específicamente este último, sabiendo que tocaría la fibra sensible de su compañero. La reacción de Sastre, valenciano de pura cepa, no se hizo esperar ni un segundo.
"Pues mira, Àngels Barceló, eso te pasa por comprar...", comenzó a decir Sastre, dejando la frase en el aire. La presentadora no dudó en interrumpirle con un "¿Un décimo sola?", anticipando la dirección que tomaría la conversación. Sin embargo, Sastre continuó con su particular reclamación: "Eso te pasa por bajar a Valencia, comprar un décimo y no decírmelo".
La justificación de Barceló no calmó los ánimos del presentador, quien mantuvo el tono jocoso que caracteriza su relación profesional. "Fue un rato que estuve paseando sola", explicó ella, pero Sastre respondió rápidamente: "Pues eso te pasa por salir a pasear sola". El intercambio, lleno de complicidad y humor, dejó clara la química entre ambos comunicadores, capaces de transformar una anécdota personal en un momento de entretenimiento para la audiencia.
Este incidente, aunque anecdótico, sirvió para abrir una conversación sobre una práctica muy común en España durante estas fechas: la importancia de dejar constancia documental al compartir décimos de Lotería. Alberto Núñez, consultor financiero de Ser Madrid Oeste, había explicado días antes que este aspecto es fundamental para evitar malentendidos y problemas legales en caso de resultar premiados.
Las recomendaciones del experto son sencillas pero efectivas. La primera opción consiste en compartir una fotografía del décimo a través de WhatsApp con las personas con las que se comparte el número, acompañada de un mensaje escrito donde conste el nombre de cada participante y la cantidad aportada. Este método, además de rápido, proporciona una prueba clara y fechada del acuerdo.
Alternativamente, el correo electrónico ofrece una vía más formal para este mismo procedimiento. Enviar el comprobante digitalizado junto con los detalles del reparto crea un registro que puede ser útil en caso de necesitar acreditar la participación de cada persona.
La tercera opción, y quizás la más moderna, es utilizar sistemas de pago digitales como Bizum o transferencias bancarias. Al realizar el pago de esta manera, queda automáticamente registrado el importe, el destinatario y, si se indica en el concepto, el número de lotería jugado. Este método combina la facilidad del pago instantáneo con la seguridad de contar con un respaldo bancario.
El consejo del experto cobra especial relevancia en un contexto donde la ilusión por la Lotería de Navidad mueve a millones de personas a formar peñas y compartir décimos con familiares, amigos y compañeros de trabajo. La falta de documentación puede generar conflictos desagradables cuando aparece un premio, transformando un momento de felicidad en una situación tensa y compleja de resolver.
La anécdota entre Barceló y Sastre, más allá de su componente lúdico, funciona como un recordatorio práctico sobre estas cuestiones. Aunque en este caso el número no resultó premiado, la lección está clara: la transparencia y la documentación son elementos esenciales cuando se participa en una peña de lotería, independientemente de la confianza que exista entre las partes.
La relación profesional entre ambos presentadores, consolidada tras años de trabajar juntos, permite este tipo de intercambios sin que nadie se sienta ofendido. Su capacidad para convertir una situación ordinaria en un momento de radio demuestra su experiencia y conexión con la audiencia, que valora la autenticidad y el humor espontáneo.
El incidente también pone de manifiesto el carácter localista que aún pervive en España. Sastre, al enterarse de que su compañera había visitado Valencia sin hacerle partícipe de la compra del décimo, reaccionó con ese orgullo territorial que tanto caracteriza a los valencianos con su tierra. La mención específica de la administración La Fallera no fue casual, sino un guiño directo a su comunidad autónoma.
Para los seguidores de la SER, este tipo de momentos son los que construyen la identidad de la emisora. La capacidad de los presentadores para mostrarse humanos, con sus pequeñas contradicciones y sus reacciones espontáneas, genera una cercanía con la audiencia difícil de replicar en formatos más rígidos y protocolarios.
La cobertura del Sorteo de Navidad se ha convertido en un evento mediático donde la información se mezcla con el entretenimiento, y donde las anécdotas personales de los periodistas aportan un valor añadido a la retransmisión. En este caso, la historia del décimo valenciano ha servido para informar sobre un aspecto práctico y legal importante, envuelto en una narrativa amena y cercana.
La lección final es doble: por un lado, la importancia de la documentación en las peñas de lotería; por otro, la necesidad de comunicar a tus compañeros valencianos cuando visitas su tierra y compras décimos. Ambas recomendaciones, aunque con diferente nivel de seriedad, han quedado grabadas en la memoria de quienes siguieron la retransmisión ese 22 de diciembre de 2025.
El sorteo continuó su curso, pero el momento quedó para la historia de la programación de la SER, demostrando una vez más que los mejores momentos de la radio surgen de la espontaneidad y la autenticidad de quienes la hacen posible cada día.