La gripe H3N2 anticipa la temporada y ya domina el 90% de los casos

El subclado K del virus se ha extendido por Europa con una virulencia inusual, comenzando la temporada varias semanas antes de lo previsto

La temporada invernal de virus respiratorios ha llegado este año con una anticipación inusual a Europa. Mientras los sistemas sanitarios del continente aún procesan la carga habitual de patógenos estacionales, el virus H3N2 ha irrumpido con una fuerza inesperada, adelantando su calendario habitual y representando ya la gran mayoría de casos diagnosticados en varios países.

Los datos epidemiológicos más recientes revelan un panorama preocupante: en naciones como Japón o Reino Unido, el subtipo A/H3N2, concretamente su variante K, ya representa cerca del 90% de las muestras analizadas. Esta proporción, confirmada también por tendencias similares en Estados Unidos y Canadá, sitúa a este subclado como el protagonista indiscutible de la temporada 2024-2025.

Pero ¿qué hace diferente a este virus? El subclado K de H3N2 no es un patógeno completamente nuevo, sino una evolución natural del mismo virus que coexiste con la humanidad desde 1968. Las modificaciones genéticas observadas no provienen de recombinaciones bruscas ni de saltos entre especies, sino de las habituales mutaciones estacionales que el virus acumula para eludir nuestras defensas inmunitarias. Algunos años estas adaptaciones tienen más éxito que otros, y este parece ser uno de ellos.

La presión sobre los servicios de salud es considerable. En una temporada gripal típica, la influenza genera hasta 50 millones de casos sintomáticos en Europa, con un rango de mortalidad que oscila entre 15.000 y 70.000 fallecimientos. Los niños suelen ser los principales vectores de transmisión, con tasas de infección superiores al 20% en algunos grupos etarios, actuando como puerta de entrada del virus en los hogares.

Para contextualizar, los virus de la gripe que afectan a humanos se dividen principalmente en dos categorías: la influenza A, más variable y responsable de todas las pandemias documentadas, y la influenza B, que circula casi exclusivamente entre personas. Dentro del tipo A, los subtipos activos actualmente son el H1N1 (incluida la descendiente de la pandemia de 2009, ahora estacional) y el H3N2. Ambos sufren continuas alteraciones mediante la deriva antigénica, obligando a actualizar anualmente las composiciones vacunales.

Respecto a la influenza B, existen dos linajes: B/Victoria y B/Yamagata. Este último, curiosamente, apenas ha sido detectado desde 2020, lo que sugiere cambios significativos en la ecología viral postpandemia.

La variabilidad inherente al virus de la gripe explica por qué cada año se reformulan las vacunas con una mezcla de tres o cuatro cepas candidatas, basadas en las que circularon en la temporada anterior. Este año, la aparición temprana del subclado K ha cogido por sorpresa a muchos sistemas de vigilancia. España, por ejemplo, ya superó el umbral epidémico varias semanas antes de lo proyectado, siguiendo una tendencia que Japón experimentaba desde octubre.

Los expertos en virología, como el catedrático de Microbiología Ignacio López-Goñi, explican que este fenómeno no representa un cambio radical en el comportamiento del patógeno, sino la manifestación de un año con alta tasa de mutaciones exitosas. El virus continúa su danza evolutiva anual, pero en esta ocasión ha conseguido una ventaja adaptativa que le permite circular con mayor eficiencia.

Las implicaciones para la salud pública son claras: temporadas dominadas por H3N2 históricamente han mostrado una mayor severidad, especialmente en adultos mayores y poblaciones vulnerables. La presión hospitalaria se incrementa no solo por la gripe, sino por la coinfección con otros patógenos respiratorios como el SARS-CoV-2 y el VRS, que comparten temporada.

Ante este escenario, las autoridades sanitarias recomiendan extremar las medidas de prevención: vacunación actualizada, higiene respiratoria, ventilación de espacios cerrados y atención temprana a síntomas. La vigilancia genómica continuará siendo crucial para detectar nuevas variantes y ajustar las estrategias de control. La temporada apenas ha comenzado, pero el H3N2 ya ha dejado claro que este año no será como los anteriores.

Referencias

Contenido Similar