Julia Roberts arrasa en 'Caza de brujas', la película de Prime Video que exige reflexión

Luca Guadagnino dirige este thriller académico que explora el abuso de poder y la justicia, con una actuación estelar de la ganadora del Oscar

El cineasta italiano Luca Guadagnino, reconocido mundialmente por narrativas intensas y visuales inolvidables que desafían las convenciones del cine mainstream, estrena en Prime Video su última y más provocadora obra: 'Caza de brujas'. Este thriller dramático, protagonizado por un elenco de lujo encabezado por Julia Roberts, Andrew Garfield y la reveladora Ayo Edebiri, ha desatado un intenso debate entre la crítica especializada por su audaz abordaje de temas tan delicados como el abuso de poder en el ámbito universitario, la justicia social y la naturaleza elusiva de la verdad objetiva.

La película, que supera holgadamente las dos horas de metraje, nos sumerge sin concesiones ni simplificaciones en la vida de Alma, una profesora de filosofía interpretada por una magnética y contenida Julia Roberts que entrega quizá su trabajo más sutil y poderoso en años. Su existencia aparentemente tranquila, estructurada y alejada de conflictos personales se ve sacudida hasta los cimientos cuando su colega y amigo de larga data Hank (Andrew Garfield) es acusado de agresión sexual por Maggie (Ayo Edebiri), una estudiante brillante, ambiciosa y prometedora que representa el futuro del pensamiento académico. La complejidad narrativa radica precisamente en que Alma mantiene una relación de profunda confianza y aprecio con ambas partes implicadas, lo que la sumerge en un torbellino de dudas existenciales, lealtades divididas y una crisis moral de consecuencias impredecibles que la llevará a cuestionar sus propios principios filosóficos.

Guadagnino, lejos de ofrecer una historia lineal o maniquea que busque respuestas simples o moralejas fáciles, construye con meticulosidad de artesano un relato que cuestiona las estructuras de poder inherentes y a menudo tóxicas del entorno académico universitario. La película explora con lupa de cirujano cómo las dinámicas de autoridad, mentoría, reconocimiento profesional y deseo pueden distorsionar hasta el extremo las relaciones personales y profesionales, creando terreno fértil para el abuso y la manipulación. Los celos profesionales, la competencia intelectual despiadada y la manipulación emocional se entrelazan de forma sutil pero implacable para crear una atmósfera de creciente tensión psicológica que mantiene al espectador en vilo desde el primer minuto y que no ofrece alivio hasta mucho después del final.

Uno de los aspectos más controvertidos y comentados de 'Caza de brujas' es su deliberado final abierto que ha dividido a la crítica y al público. El director italiano opta por no ofrecer respuestas claras o una resolución que deje satisfechos a todos, sino que plantea múltiples interrogantes incómodos y necesarios al espectador: ¿Cómo podemos exigir justicia en casos donde la verdad es inherentemente elusiva, subjetiva y construida socialmente? ¿Qué responsabilidad moral tienen los testigos y terceros en situaciones de abuso de poder y acusaciones de agresión sexual? Esta ambigüedad deliberada, si bien ha frustrado a una parte del público que busca certezas y resoluciones claras, refuerza el carácter reflexivo y provocador de la obra, invitando al debate más allá de la sala de cine y exigiendo que el espectador forme su propio juicio crítico.

Desde el punto de vista técnico y cinematográfico, Guadagnino demuestra una vez más por qué es considerado uno de los cineastas más visuales y sofisticados de su generación. La estética sobria, elegante y minimalista de la película, con su paleta de colores apagados, su fotografía pausada y planos secuencias que respiran tensión, crea una sensación de incomodidad constante que permea cada escena y cada interacción entre personajes. El apartamento de Alma en Connecticut, decorado con frialdad académica y minimalismo escandinavo, se convierte prácticamente en un personaje más, reflejando la fachada perfecta y controlada que esconde horrores cotidianos y secretos inconfesables que amenazan con destruir la precaria estabilidad de su mundo.

La banda sonora, inspirada en el jazz contemporáneo y en composiciones minimalistas de autores como Miles Davis y John Coltrane, juega un papel crucial en la construcción de la atmósfera opresiva y claustrofóbica. Cada nota, cada silencio musical, cada improvisación parece aumentar la tensión dramática, recordándonos que el peligro y la desconfianza acechan incluso en los momentos más aparentemente cotidianos y tranquilos. Esta atención obsesiva al detalle sonoro es característica del cineasta, que entiende la música no como mero acompañamiento, sino como un elemento narrativo esencial y protagonista que guía las emociones del público.

En cuanto a las interpretaciones, el reparto se entrega completamente y sin reservas a la exigente visión del director. Andrew Garfield consigue transmitir con sutileza y precisión la ambigüedad moral de su personaje, manteniendo una línea fina entre la simpatía y la sospecha que mantiene al espectador constantemente indeciso. Ayo Edebiri, por su parte, aporta una intensidad conmovedora y creíble a su rol de víctima potencial, capturando la vulnerabilidad y la determinación de una joven en busca de justicia en un sistema que parece estar en su contra. Sin embargo, es Julia Roberts quien roba cada escena con una actuación magistral y contenida. Su interpretación llena de matices, gestos mínimos pero cargados de significado y miradas que hablan más que mil palabras, ha generado ya especulaciones fervorosas sobre una posible nominación al Oscar, lo que sería su quinta candidatura a la estatuilla dorada y confirmaría su regreso a los primeros planos del cine de autor.

La crítica especializada europea y estadounidense ha recibido 'Caza de brujas' con elogios mayoritarios, destacando especialmente su capacidad para impulsar la reflexión ética y moral en el espectador contemporáneo. No obstante, algunos analistas han señalado con acierto que la película se queda corta a la hora de ofrecer nuevas perspectivas concretas sobre el complejo debate social de la agresión sexual y el movimiento #MeToo. La inevitable comparación con el cine de Woody Allen ha surgido en varias reseñas, aunque Guadagnino despliega una sensibilidad más contemporánea, cruda y menos nostálgica que el director neoyorquino, además de una conciencia política más explicita.

En definitiva, 'Caza de brujas' no es un filme para todos los públicos ni para quienes buscan entretenimiento ligero o respuestas fáciles. Exige paciencia, atención constante y compromiso intelectual, rechazando soluciones simples o moralinas en favor de la complejidad, la ambigüedad narrativa y el cuestionamiento constante. Para los seguidores del cine de autor y del thriller psicológico, representa otra entrega sólida y valiente en la filmografía de un director que no teme explorar las zonas más oscuras y desagradables de las relaciones humanas. Y para los admiradores de Julia Roberts, confirma sin lugar a dudas que la actriz está viviendo uno de los mejores momentos interpretativos de su extensa y laureada carrera, demostrando una madurez y un dominio técnico que la sitúa entre las grandes del cine actual.

La película ya está disponible en la plataforma Prime Video y promete convertirse en uno de los títulos más comentados y controvertidos de la temporada. Su capacidad para generar debate profundo sobre la justicia, el poder, la verdad y la moralidad en el contexto actual de concienciación social y transformación de las estructuras patriarcales la convierte en una obra relevante, incómoda pero necesaria, que perdurará en la memoria del espectador mucho después de que terminen los créditos finales.

Referencias

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