Durante décadas, el pasador ha sido visto como un accesorio reservado para niñas o peinados infantiles, asociado a estilos dulces, escolares o románticos. Pero la moda, como siempre, tiene la capacidad de reinventar lo obsoleto. Y en los últimos meses, las pasarelas han estado dando pistas claras: el pasador no solo vuelve, sino que lo hace con una nueva identidad —una que lo eleva a la categoría de joya capilar, con un aire de sofisticación y modernidad que lo aleja por completo de su pasado juvenil.
Diseñadores como Miu Miu, Simone Rocha y Sandy Liang han incluido pasadores en sus últimas colecciones, combinándolos con peinados estructurados, ondas perfectas y mechones colocados con precisión milimétrica. No se trata de un adorno casual, sino de un elemento estratégico que aporta equilibrio, luz y personalidad al cabello. Y si aún quedaba alguna duda sobre su regreso triunfal, los Governors Awards han sido el escenario perfecto para confirmarlo.
Allí, Elle Fanning apareció con un peinado que parecía sacado de una película clásica de Hollywood. Su melena rubia, pulida hasta el último detalle, con ondas amplias y suaves que nacen desde el pómulo y se abren con gracia hacia las puntas, es una reinterpretación moderna de los estilos de las divas de los años 50. No es una copia, sino una evolución: glamour sin rigidez, volumen sin exceso, brillo sin artificialidad.
Pero lo que realmente convirtió su look en un momento icónico fue el pasador de brillantes colocado con elegancia sobre la sien. No era un detalle decorativo, sino una declaración de intenciones. Un gesto minimalista, pero cargado de significado: el pasador ya no es un accesorio para niñas, sino un elemento de estilismo adulto, capaz de estructurar, iluminar y elevar un peinado.
Fanning lo lleva con una naturalidad que lo hace irresistible. No busca esconder el cabello, sino realzarlo. Es como si el pasador fuera una extensión de su personalidad: delicado, pero con fuerza; clásico, pero con actitud. Y ese contraste es precisamente lo que lo hace tan actual. El vestido rosa pastel que llevaba complementaba a la perfección el aire retro del peinado, pero el pasador —con su toque de modernidad— fue el elemento que lo convirtió en un look contemporáneo.
No fue la única en rendir homenaje a la década dorada del cine. La alfombra roja de los Governors Awards se convirtió en un desfile de inspiración vintage, con ondas pulidas, melenas marcadas hacia fuera y acabados brillantes que recordaban al tecnicolor de los años 50. Otra actriz destacó con un bob rubio impecable, con ondas definidas que se abren hacia el rostro y se marcan justo a la altura de la mandíbula. Su peinado es un ejemplo perfecto de cómo actualizar un estilo retro sin caer en la caricatura: volumen justo, curva precisa y brillo satinado.
Aunque no llevaba pasador, su raya lateral y la onda que nace desde ella cumplen la misma función estética: ordenar, iluminar y enmarcar el rostro. Es un look que demuestra que no siempre se necesita un accesorio para lograr un efecto sofisticado. A veces, la técnica y la precisión son suficientes.
Lo que realmente ha cambiado es la percepción del pasador. Ya no es un elemento decorativo, sino un instrumento de estilismo que puede transformar un peinado de ordinario a extraordinario. Su regreso no es casual, sino el resultado de una tendencia más amplia: la revalorización de los accesorios capilares como piezas clave en la construcción de un look completo.
En un mundo donde la moda busca constantemente la originalidad, el pasador se ha convertido en una herramienta versátil. Puede usarse en peinados formales, casuales, románticos o incluso urbanos. Su versatilidad lo convierte en un accesorio imprescindible para cualquier mujer que quiera añadir un toque de elegancia a su estilo.
Y si hay algo que Elle Fanning ha demostrado con su aparición en los Governors Awards, es que el pasador no es solo un accesorio, sino una declaración de estilo. Un gesto pequeño, pero poderoso, que puede cambiar por completo la percepción de un look. En sus manos, el pasador deja de ser un recuerdo del pasado para convertirse en un símbolo del presente —y del futuro— de la moda capilar.
Así que si aún tienes pasadores guardados en algún cajón, tal vez sea hora de sacarlos. Porque, como ha demostrado Fanning, no son solo para niñas. Son para todas las mujeres que quieren añadir un toque de sofisticación, modernidad y personalidad a su estilo.