Cumbres borrascosas: el Titanic romántico de esta generación

Margot Robbie y Emerald Fennell reinvencian la clásica historia de Emily Brontë con una visión femenina y ambiciosa que busca conquistar al público del siglo XXI

La nueva adaptación de Cumbres borrascosas se prepara para desembarcar en los cines el próximo 13 de febrero de 2026, justo en la víspera de San Valentín. Esta fecha no es casual, sino una declaración de intenciones sobre el tipo de experiencia cinematográfica que su equipo creativo pretende ofrecer. La icónica novela de Emily Brontë, que ya ha sido llevada a la gran pantalla en múltiples ocasiones —siendo la versión de Andrea Arnold en 2011 la más reciente—, vuelve a la vida bajo la dirección de Emerald Fennell, cineasta conocida por su capacidad para generar conversación con títulos como Una joven prometedora y Saltburn.

El proyecto ha captado la atención mediática no solo por su directora, sino por el dúo protagonista formado por Margot Robbie y Jacob Elordi, quienes encarnarán a los torturados amantes Catherine y Heathcliff. Sin embargo, Robbie no solo actúa: también ejerce como productora a través de su compañía LuckyChap, sello que ya respaldó las anteriores películas de Fennell y que ahora apuesta fuerte por esta ambiciosa reinterpretación literaria.

En una reciente entrevista con British Vogue, la actriz y productora ha desvelado las aspiraciones que rodean a este filme. Cada adelanto publicado en redes sociales ha generado una oleada de reacciones, y Robbie confirma que la versión de Brontë que han construido es extraordinariamente ambiciosa. No obstante, advierte que no será exactamente lo que el público anticipa.

"Todo el mundo espera que sea muy obscena y creo que la gente se va a sorprender", afirma Robbie. La película no renunciará a los elementos eróticos ni a la provocación —elementos inherentes a la historia original—, pero su tono privilegiará la intensidad romántica por encima de la simple transgresión. "No quiero decir que no haya elementos sexuales y que no sea provocadora porque sin duda lo es, pero es más romántica que provocadora", matiza la actriz.

El objetivo declarado es claro: convertirse en "una gran historia de amor épica". Robbie sitúa este proyecto en una línea que no se veía desde títulos como El diario de Noa o El paciente inglés, películas que definieron el género romántico hace décadas. "Hay que irse a décadas atrás", reconoce, subrayando el vacío que ha dejado el cine de grandes pasiones en el panorama actual.

Una de las particularidades más interesantes del proyecto radica en su perspectiva femenina. Robbie reveló que mantuvo extensas conversaciones con Fennell sobre cómo abordar las secuencias de intimidad. "¿Qué nos parece excitante o sexy? No se trata solo de una postura sexual o de alguien quitándose la camiseta", reflexiona. Para ambas cineastas, la seducción cinematográfica reside en "las pequeñas cosas", en los detalles que resuenan con una mirada contemporánea y femenina.

Esta visión está íntimamente ligada al público objetivo del filme. "Eran las pequeñas cosas las que nos encantaban como dos mujeres de treinta y tantos años, y esta película está dirigida principalmente a personas de nuestro grupo demográfico", explica Robbie. La producción busca llenar un espacio que, según señala, históricamente ha estado desatendido: "Estas epopeyas románticas, o películas de época, no suelen ser dirigidas por mujeres".

La presencia de Fennell en la silla de director resulta determinante para el alma del proyecto. Robbie comparte una conversación reveladora que tuvo lugar en las primeras etapas del desarrollo: "En una de nuestras primeras conversaciones sobre la película le pregunté a Emerald cuál era el resultado soñado por ella. Me dijo 'quiero que sea el Titanic de esta generación'". La referencia no es casual: Fennell evocó su propia experiencia adolescente, cuando fue al cine a ver Romeo y Julieta ocho veces y terminó "en el suelo llorando" cuando le impidieron una novena sesión. Esa capacidad para conmover profundamente es exactamente lo que aspira a replicar.

La estrategia de marketing ya está clara: tanto la directora como la productora desean que las mujeres "vayan a verla con diez de sus amigas", convirtiendo la proyección en un evento social. Aunque, eso sí, también reconocen que sería "una película increíble para ver en pareja", manteniendo así la tradición de los estrenos románticos.

Con este enfoque dual —épica romántica y producto cultural consciente de su audiencia—, Cumbres borrascosas se posiciona como uno de los estrenos más significativos de 2026. La combinación de un elenco de primer nivel, una directora en plena madurez creativa y una productora comprometida con la representación femenina en la industria sugiere que esta adaptación podría marcar un antes y un después en cómo se narran las grandes pasiones en el cine contemporáneo.

La película no solo busca honrar el legado de Brontë, sino reimaginarlo para una generación que demanda historias de amor con profundidad psicológica, sensualidad inteligente y una mirada que trascienda los clichés patriarcales. Si Fennell y Robbie logran su cometido, el público podría encontrarse ante la definición del romance cinematográfico del siglo XXI, una obra que, al igual que hizo Titanic en su momento, se convierta en referente cultural más allá de su éxito taquillero.

Referencias

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