El Azteca se consagra como templo único del fútbol mundial

El estadio mexicano albergará su tercera inauguración en el Mundial 2026, un hito sin precedentes en la historia del deporte rey

El Estadio Azteca de México se prepara para convertirse en el escenario más laureado de la historia de los Mundiales de fútbol. En junio de 2026, cuando el torneo más prestigioso del planeta celebre su 23ª edición de forma conjunta en México, Estados Unidos y Canadá, el coliseo azteca alcanzará una distinción insuperable: será el único estadio del mundo en haber acogido tres ceremonias de inauguración de una Copa del Mundo.

Este logro, que se materializará el 11 de junio de 2026 con el encuentro entre México y Sudáfrica, corona seis décadas de historia futbolística y convierte al recinto en un auténtico santuario del deporte rey. La FIFA reconoció así el peso simbólico y la aura mística que envuelve un terreno que ha presenciado las gestas de los dos mitos más grandes del fútbol: Pelé en 1970 y Diego Armando Maradona en 1986.

Un reparto desigual de la fiesta mundialista

La decisión de ubicar el partido inaugural en el Azteca, confirmada oficialmente en febrero de 2024, supone un bálsamo para el orgullo futbolístico mexicano. El reparto de encuentros del Mundial 2026 refleja una evidente asimetría: mientras Estados Unidos acogerá 78 partidos, México y Canadá solo disputarán 13 encuentros cada uno en su territorio.

Dentro de este reparto limitado, México concentrará sus cinco partidos asignados al Estadio Azteca, cuatro en Guadalajara y otros cuatro en Monterrey. Esta distribución ha generado cierto malestar entre los aficionados mexicanos, que ven cómo el torneo que inicialmente se planteó como una coorganización tripartita se ha convertido prácticamente en un Mundial estadounidense con dos anfitriones secundarios.

Carlos Calderón, historiador del fútbol mexicano, no oculta su decepción: "Lamentablemente, estamos ante un Mundial prestado porque prácticamente todo se va a desarrollar en Estados Unidos. Nos han concedido limosnas en México y Canadá. Aunque lo entiendo: México no posee la infraestructura necesaria para organizar un Mundial por sí solo. Deberíamos considerarnos afortunados de poder participar siquiera con unos cuantos partidos".

El contexto político de una celebración compartida

La atribución del Mundial 2026 a la candidatura conjunta de Norteamérica se produjo en junio de 2018, durante la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos. Desde entonces, las relaciones entre los tres países han atravesado por momentos de tensión, especialmente en materia migratoria y comercial.

Decio de María, entonces presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, mostró en su día una actitud optimista: "Las diferencias se resolverán con el tiempo, dijimos que el fútbol enviaría un mensaje importante al mundo". Sin embargo, siete años después, los desencuentros no solo persisten sino que se han agudizado.

El ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos) ha intensificado sus operaciones de deportación, mientras que las presiones arancelarias del gobierno estadounidense han martirizado a los ejecutivos de México y Canadá durante el último año. Este clima político contrasta con el lema de unidad que promovió la candidatura norteamericana.

Seis décadas de historia y leyendas

El primer partido mundialista que acogió el Azteca se disputó el 31 de mayo de 1970, cuando la selección mexicana empató a cero contra la extinta Unión Soviética. Aquella edición marcó varios hitos: fue la primera Copa del Mundo transmitida en color por televisión y sentó las bases de muchas tradiciones que hoy damos por sentadas en los torneos modernos.

Desde entonces, el estadio ha acumulado anécdotas legendarias. Ha resistido dos de los terremotos más devastadores registrados en la historia de México. Ha acogido conciertos masivos de Michael Jackson y Shakira. Ha sido escenario de una multitudinaria misa celebrada por Juan Pablo II. Y, sobre todo, ha sido testigo del "gol de la mano de Dios" y la consagración de Maradona en 1986.

La mística de un templo futbolístico

La FIFA valoró fundamentalmente el simbolismo del Azteca a la hora de designar el partido inaugural. No se trata solo de un estadio, sino de un lugar donde el fútbol ha alcanzado sus cotas más altas de excelencia y drama. La imagen de Pelé levantando su tercera Copa del Mundo en 1970 y la consagración absoluta de Maradona dieciséis años después convierten este recinto en un lugar de peregrinación para los amantes del balompié.

Las reformas realizadas en el estadio para adecuarlo a los estándares del siglo XXI han modernizado sus instalaciones sin sacrificar su esencia. Con una capacidad de más de 87.000 espectadores, el Azteca seguirá siendo uno de los escenarios más imponentes del planeta.

Un legado que trasciende el deporte

Más allá de los números y los récords, el Estadio Azteca representa la pasión futbolística de un continente entero. Su ubicación en la Ciudad de México, una de las urbes más pobladas y vibrantes del mundo, añade una dimensión cultural única a la experiencia mundialista.

Los aficionados que acudan al partido inaugural no solo presenciarán un encuentro deportivo, sino que participarán en un momento histórico. Serán testigos de cómo un estadio que ya forma parte del imaginario colectivo del fútbol suma un nuevo capítulo a su leyenda.

El futuro de un ícono

A medida que se acerca el 2026, el Estadio Azteca se prepara para su gran cita con la historia. Los trabajos de mantenimiento y mejora continúan para garantizar que el recinto esté en condiciones óptimas para recibir a las mejores selecciones del mundo.

El torneo, que se disputará en 16 ciudades diferentes, tendrá en el Azteca su corazón simbólico. Mientras Estados Unidos acoja la mayor parte de los encuentros, será México quien abra y, probablemente, cierre la fiesta futbolística en el templo que ha visto nacer tantas historias inolvidables.

Cuando el balón comience a rodar el 11 de junio de 2026, el Estadio Azteca no solo celebrará su 60º aniversario, sino que reafirmará su condición de catedral del fútbol mundial, un lugar donde el pasado, el presente y el futuro del deporte rey convergen en un abrazo único e irrepetible.

Referencias

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