El FedExForum de Memphis se convirtió en el escenario de una batalla memorable que encapsuló la esencia de la NBA. En un duelo directo por las posiciones de playoff en la conferencia Oeste, Memphis Grizzlies y Los Angeles Clippers ofrecieron un último cuarto para el recuerdo. Lo que comenzó como un partido equilibrado se transformó en un intercambio de golpes tácticos donde cada posesión adquirió un valor incalculable. El encuentro puso de manifiesto la tensión competitiva de la liga, con dos plantillas que combinan veteranía contrastada con juventud desbordante.
El último periodo arrancó con una intensidad defensiva notable que anticipó lo que vendría. Los Grizzlies, dirigidos por su entrenador Taylor Jenkins, apostaron por una defensa agresiva en el perímetro mientras que los Clippers de Tyronn Lue respondían con una rotación constante buscando ventajas de matchup. La primera jugada de verdadero impacto llegó cuando Cedric Coward, el alero de segundo año que ha ido ganando minutos con su trabajo incansable, ejecutó un robo magistral a Kawhi Leonard. La acción, que ocurrió a falta de 4:30 minutos, no solo privó a Los Angeles de una posesión crucial, sino que también generó una transición rápida que terminó en una falta sobre el propio Leonard. La ironía del destino quiso que la estrella de los Clippers cometiera la infracción que enviaría a Coward a la línea de tiros libres.
Desde el punto de personal, Coward mostró una frialdad excepcional. Sus dos lanzamientos, limpios y sin dudas, reflejaron el trabajo psicológico que el staff de desarrollo de Memphis ha implementado con los jóvenes. Cada punto sumado era un golpe moral para la visita. La respuesta de Lue no se hizo esperar: la sustitución de Leonard por Kobe Brown buscaba inyectar energía y romper el ritmo que Coward había establecido. Sin embargo, este movimiento táctico no logró desestabilizar a los locales.
La guerra de rebotes se intensificó progresivamente y se convirtió en un factor determinante. Ivica Zubac, el pívot croata de los Clippers, demostró su valía como uno de los mejores recuperadores ofensivos de la liga, capturando múltiples balones que generaron segundas oportunidades. Sin embargo, Jock Landale, recién incorporado a la rotación de Memphis, respondió con una tapa monumental a James Harden cuando el escolta buscaba penetrar en la pintura. Esta jugada defensiva, además de negar dos puntos seguros, elevó la moral de los locales y demostró la profundidad del banquillo de Memphis.
El base novato Cam Spencer emergió como el factor X del encuentro. Su capacidad para leer el juego y encontrar espacios en la defensa de Los Angeles resultó determinante. Con 3:15 restantes, Spencer recibió en la esquina derecha y, sin dudarlo, elevó un triple que limpió la red. La canasta no solo rompió un empate técnico, sino que también obligó a los Clippers a pedir un tiempo muerto. Pero Spencer no se conformó con eso: su instinto lo llevó a seguir el tiro, capturando su propio rebote ofensivo en la siguiente posesión y generando una nueva oportunidad que Jaylen Wells aprovecharía para anotar desde la línea de pintura.
Los Clippers, conscientes de que el tiempo se agotaba, aumentaron la dependencia de sus estrellas. James Harden, con su característico paso atrás, generó contacto y fue a la línea de tiros libres tras una falta de Santi Aldama. Los dos puntos sumados mantuvieron a Los Angeles en el partido. Por su parte, Kawhi Leonard, a pesar de haber regresado a la pista, continuó con su mala racha desde el perímetro. Sus fallos consecutivos en triples abiertos, especialmente uno con 2:00 minutos cuando su equipo perdía por tres puntos, fueron un lastro que Memphis supo aprovechar de manera implacable.
La defensa de los Grizzlies, coordinada por el jugador franquicia Jaren Jackson Jr., alcanzó su cenit en el minuto final. Jackson, quien había pasado gran parte del partido en el banquillo por problemas de faltas, regresó con una intensidad defensiva que sofocó cualquier intento de remontada. Su presencia en la pintura forzó a los Clippers a tirar tiros forzados desde fuera del perímetro, reduciendo su porcentaje de tiro efectivo al 38% cuando el pívot estaba en la cancha.
Los últimos 45 segundos fueron un caos organizado que definió el carácter de ambos equipos. Los Clippers agotaron el reloj de posesión en dos ocasiones consecutivas, primero con un fallo de Nicolas Batum desde la esquina, y luego con otro error de Leonard en un intento de triple desesperado. Cada balón perdido era un suspiro de alivio para los aficionados de Memphis, que veían cómo su equipo administraba la ventaja con madurez impropia de una plantilla tan joven.
El punto culminante llegó cuando Kobe Brown, en un último intento de cambiar el destino del encuentro, robó el balón a Zach Edey en la línea de tres cuartos. La transición rápida parecía prometedora, pero la defensa de Memphis, bien posicionada, forzó otro tiro exterior que no encontró el aro. El rebote defensivo de Cedric Coward selló prácticamente el destino del encuentro, confirmando que la juventud de Memphis había superado a la experiencia de Los Angeles.
El rendimiento de Cedric Coward merece un análisis profundo. Más allá de sus puntos anotados, su impacto defensivo y su capacidad para no quebrarse bajo presión hablan de un jugador con futuro consolidado en la liga. Su rating de plus/minus en el último cuarto fue de +7, reflejando su influencia positiva cada vez que tocó el parquet. Cam Spencer demostró por qué los Grizzlies confiaron en él durante el draft. Su visión de juego, combinada con un tiro exterior fiable, proporcionó el equilibrio perfecto que Memphis necesitaba cuando el ataque se estancaba.
Del lado de Los Angeles, la doble cara de Kawhi Leonard resultó preocupante. Si bien su defensa continuó siendo elite (dos robos en el cuarto), su falta de puntería en momentos críticos (0/4 en triples) puso en jaque las opciones de su equipo. La carga ofensiva recayó demasiado sobre James Harden, quien aunque efectivo desde la línea de tiros libres, no pudo crear las canastas fáciles que Los Angeles requería en los momentos decisivos.
El robo de Coward a Leonard con 4:30 restantes fue el punto de inflexión claro. Hasta ese momento, Los Angeles controlaba el ritmo del encuentro. La transición defensiva de Memphis generó una falta sobre Leonard, quien cometió su cuarta personal, limitando su agresividad posterior. Otra secuencia crítica ocurrió con 2:15 en el reloj. Con el marcador empatado a 98, Cam Spencer recibió un pase de Cedric Coward en una jugada de pick and pop. Su triple no solo rompió el empate, sino que también forzó a Tyronn Lue a gastar su último tiempo muerto.
La victoria de Memphis Grizzlies por 107-102 refuerza su posición en la tabla y demuestra que su proceso de reconstrucción está más adelantado de lo que muchos analistas pronosticaban. La combinación de juventud (Coward, Spencer, Wells) con veteranía estratégica (Jackson Jr., Landale) crea un cocktail peligroso para cualquier rival. Por su parte, Los Angeles Clippers deben resolver urgentemente su dependencia del tiro exterior. Cuando Kawhi Leonard y James Harden no encuentran el aro, el equipo carece de un plan B consistente en la pintura. La ausencia de un creador de juego secundario se hizo evidente en los momentos de máxima presión. Este partido servirá como referente para ambos equipos. Memphis aprendió que puede ganar sin que su estrella juegue minutos masivos, mientras que Los Angeles debe replantearse su estrategia ofensiva en los minutos finales. La NBA, una vez más, demostró que en los partidos igualados, son los detalles menores -un robo oportuno, un rebote ofensivo, un triple en el momento justo- los que deciden el destino.