Copenhague sufre para vencer al Kairat en un final agónico

Los daneses dominaron con claridad el encuentro (3-0), pero dos goles tardíos del conjunto kazajo apretaron el marcador hasta el último suspiro

Bajo una temperatura gélida que cortaba la respiración en el Parken Stadium, Copenhague y Kairat se enfrentaban en un duelo marcado por los fantasmas del pasado. Ambos conjuntos llegaban a este compromiso de Champions League sin conocer la victoria en la competición, pero el historial pesaba especialmente sobre los visitantes. Los kazajos no solo buscaban su primer triunfo en el torneo, sino que además debían romper una maldición particular: nunca habían derrotado a un equipo danés en competición europea, con dos enfrentamientos previos y una eliminación a manos del Esbjerg en la temporada 2014-15 como testimonio de esa racha adversa.

El choque arrancó con un Kairat valiente, dispuesto a plantar cara con un bloque alto y una actitud desafiante. Sin embargo, esa predisposición ofensiva se desvaneció pronto ante la solidez táctica de un Copenhague que salió al campo con una disposición en línea de tres, saturando el centro del campo y obligando a su rival a replegarse en un bloque medio-bajo que anulaba cualquier intento de presión. Sin espacios por dentro, los locales desplegaron su juego por las bandas, combinando ritmo y paciencia para desgastar a una defensa kazaja que pronto mostró síntomas de inestabilidad.

Los primeros avisos no se hicieron esperar. A los cuatro minutos, Larsson ya rozaba el 1-0 con un disparo que se marchó por muy poco. La insistencia danesa continuó y al cuarto de hora, una jugada colectiva de manual acabó en posición de fuera de juego, pero dejaba claro el guion del encuentro: centros precisos, rupturas de ritmo y un Copenhague hambriento de gol. Gabriel Pereira también probó fortuna de cabeza en el minuto 11, mientras Robert se convirtió en una pesadilla constante para la zaga visitante con sus incursiones por la banda.

El Kairat resistía como podía, congelado tanto por el clima como por la superioridad de su adversario. A pesar de ello, Edmilson logró crear la primera ocasión clara para su equipo en el minuto 24 con un disparo cruzado que rozó el palo derecho de la portería local, un aviso que silenció momentáneamente a la grada. Fue, sin embargo, un espejismo. Dos minutos después, un despeje defectuoso de la defensa kazaja tras un centro de Robert cayó en el área chica y Dadason, con olfato goleador, apareció para cabecear a la red y establecer el 1-0. El delantero demostró una vez más que vive con la portería en la cabeza.

La segunda mitad mantuvo la misma tónica de dominio danés. El Copenhague salió más fresco, con piernas para castigar el desgaste acumulado por el Kairat durante los primeros 45 minutos. Los visitantes, conscientes de que necesitaban arriesgar para soñar con el empate, se vieron obligados a subir el ritmo, lo que dejaba espacios que los locales aprovechaban con inteligencia.

En el 48', Shirobokov se convirtió en el salvador de su equipo al despejar un balón en la línea, evitando el segundo tanto. Poco después, Anarbekov, el portero kazajo, sacó una mano prodigiosa para negarle el gol a Suzuki. Sin embargo, la resistencia visitante se fracturó definitivamente en una jugada polémica. El VAR intervino para revisar una posible mano de Kassabulat dentro del área y el árbitro no dudó en señalar el penalti. Larsson, con la frialdad que caracteriza a los grandes especialistas, ejecutó la pena máxima con una carrera inclinada que engañó por completo al guardameta, colocando el 2-0 en el marcador.

A partir de ese momento, el partido se convirtió en un monólogo danés. El Kairat, pese al heroísmo de Shirobokov y Anarbekov, no podía contener el vendaval ofensivo local. La sentencia llegó en el minuto 73, cuando Robert, el mejor jugador del encuentro, culminó su exhibición personal con un gol que parecía cerrar definitivamente el choque. El 3-0 reflejaba lo que el césped había contado desde el inicio: un Copenhague más sólido, más vertical y más decidido en todas las facetas del juego.

Sin embargo, el fútbol guarda siempre un as en la manga. Con el partido sentenciado, el Kairat encontró una rendija de esperanza y se lanzó al ataque sin freno en los últimos compases. La avalancha final dio sus frutos en el minuto 81, cuando Baibek aprovechó un error defensivo para batir por primera vez a la portería danesa. El gol inyectó dosis de adrenalina a los visitantes, que creyeron en la remontada imposible.

El tiempo se agotaba, pero la resistencia kazaja no. En el 90', en el último suspiro del encuentro, otro tanto de Baibek ponía el 3-2 y convertía el tramo final en una agonía para los locales. Los minutos de descuento se convirtieron en una tortura para el Copenhague, que vio cómo su cómoda ventaja se evaporaba y el fantasma del empate asomaba con fuerza.

El pitido final, sin embargo, dejó el triunfo en casa. El Copenhague sumó sus primeros tres puntos en esta edición de la Champions, aunque la sensación fue de alivio mezclado con preocupación por el final de infarto. Por su parte, el Kairat demostró carácter y pundonor, pero volvió a tropezar con la maldición danesa que persigue a los equipos de Kazajistán en Europa. La noche de Copenhague fue tan fría para ellos como el resultado final, aunque la lección dejada en la recta final les servirá para futuros compromisos. La competición continúa y ambos conjuntos saben que cada punto será vital para sus aspiraciones de clasificación.

Referencias

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